El escritor José Saramago tituló “Ensayo sobre la ceguera” a una novela que critica y desenmascara a una sociedad podrida y desencajada, reubicando los límites de nuestra conciencia más allá de la “ceguera” como enfermedad física.
Archivo Diario La Capital
El escritor José Saramago tituló “Ensayo sobre la ceguera” a una novela que critica y desenmascara a una sociedad podrida y desencajada, reubicando los límites de nuestra conciencia más allá de la “ceguera” como enfermedad física.
Lo hace describiendo una perfecta parábola con la sociedad actual, demostrando el profundo egoísmo de sus personajes luchando por la supervivencia al enfrentar una pandemia extendida por todo el mundo.
Y observa cómo la ansiedad por la disponibilidad de alimentos y medicamentos, el egoísmo y las tendenciosas comunicaciones, terminan socavando la solidaridad, desorganizando la sociedad, impidiendo que se distribuyan recursos y directivas necesarias de manera justa.
Las personas asignadas a cuidar y transmitir el orden se vuelven cada vez más antipáticas a medida que se infectan mutuamente, resultando que la falta de atenciones básicas, hace que una infección controlable se vuelve mortal.
Ante el desconcierto generado, los ciudadanos luchan entre sí e incendian propiedades al percibirse abandonados. Luego los protagonistas principales se unen a la multitud de ciegos indefensos vagando por la ciudad devastada integrando la lucha para sobrevivir, convirtiendo todo en un escenario donde se produce la muerte en vida, los alimentos escasean y la podredumbre invade el escenario.
De repente, este ambiente opresor, dice Saramago, desaparece al desaparecer repentinamente “la ceguera”.
Esta brillante ficción sobre la voluntad de sobrevivir egoístamente, resulta hoy un alerta sobre la responsabilidad de tener ojos cuando otros los perdieron, demostrando que “hay en nosotros una cosa que no tiene nombre, esa cosa es lo que realmente somos”.
Norberto Ivaldi
DNI 6.077.533