Jacki, Dylan, Bayron, Virginia, Natanahel, Adama, Malena, Thiago, Martín, Lautaro, Lucía, Tobías, Lunita, Bianca, Benicio, Sofía, Joana, Nicolás, Dante, Kevin, Jeremías, Angel, Damián y ¡cuántos más! Es la lista de guerreros valerosos, gladiadores tremendos que luchan sin descanso. Saben y conocen al enemigo, células, agujas, sanatorios, hospitales, sueros, prohibiciones, sin jardín, sin cole, sin amigos, pero nada, nada, los detiene. Sacan sus armas más poderosas, la risa, el juego, la esperanza, el dolor que pasa rápido, los peluches, Batman, caramelos, y el arma más poderosa, que tiene dos partes: sus padres y las ganas de vivir. Son guerreros, que pueden llorar, temer, y entristecerse, pero jamás se rinden. Así son ellos, los niños y jóvenes que luchan contra el cáncer. Ellos y sus familias pelean la peor de las batallas, en más del 70 por ciento de los casos, ganan, crecen, estudian, se forman para la vida, se casan y tienen hijos. Hoy 15 de febrero se conmemora esa batalla. El aplauso a ellos, y sus padres y el acompañamiento a los que no pudieron vencer y el agradecimiento a todas las instituciones con su gente que participan, en esta lucha. De estos guerreros debemos aprender.