Toda crisis es una oportunidad y también una prueba de carácter. Los congresistas republicanos que apoyan la libre venta y tenencia de armas de guerra son corruptos y cobardes. Temen perder el apoyo económico de la mafia de la industria de armamentos y su aliado, la Asociación Nacional del Rifle. Los actos de irresponsabilidad institucional de funcionarios, no son privativos de Argentina. Liberar la venta de armas, así como la de drogas, es fomentar la canalización de enfermedades mentales hacia hechos criminales irreversibles. La irresponsabilidad de los funcionarios debería ser penada, si existiera un control sobre sus actos, algo así como el “juicio de residencia” que se implementó para los funcionarios de la corona española en las colonias americanas. Hoy sería muy útil que al final de cada mandato se pudiera realizar un juicio de residencia con un tribunal compuesto por ciudadanos, sin actuación política y de diverso origen económico y cultural. Algo así como el “juicio por jurados”. La actuación de los congresistas norteamericanos es vergonzosa para todo Occidente. Ya no hay lugar para ideas delirantes. La repetición de masacres, especialmente en escuelas, debiera ser motivo suficiente para revisar la segunda enmienda y terminar con el lobby de los fabricantes de armas. Pero insisto con la Iglesia Católica, que debería tener algún papel en presionar para terminar con el absurdo de la venta irresponsable de armas. El catolicismo, tiene la oportunidad de demostrar entereza moral, valentía e influencia en la sociedad americana. Al menos que también el Vaticano esté en el negocio armamentista.