Nueva categorización para las sorprendentes y novedosas medidas de nuestros gobernantes apurados, buscando la continuación y procurando la voluntad de los ciudadanos. Todos somos asiduos concurrentes al cine o al teatro y sabemos de estas técnicas o trucos que intentan lograr sonidos o imágenes que parezcan reales. Este recurso es asimilado a la política y usado para mostrarnos una realidad inexistente, que deslumbra al ingenuo y creyente seguidor de un oficialismo decadente y sin perspectivas de futuro. Estas estrategias especiales son engañosas y al mismo tiempo persuasivas. Abordar una lectura atenta y analítica nos permitirá desmenuzarlos y escudriñar para descubrirlos. Existen muchos ejemplos visibles y otros un poco más solapados. Los más evidentes los constatamos en los ofrecimientos de planes para vacacionar, billeteras o modos para comprar con descuentos increíbles que se devuelven hasta con cifras llamativas. Muy atractivos y aprovechables. Sólo cabe una pregunta, ¿quién paga o sustenta estas oportunidades tan deslumbrantes en un país quebrado, pobre, deudor y no confiable? Consideramos que los efectos especiales responden a un urgente ocultamiento de una realidad deleznable y como gente que piensa, no aceptamos ninguna ficción más. Es hora de la transformación sin mentiras.