Hace un par de siglos que estamos esperando nacer y cuando éramos un país de entre los primeros del mundo, llegó el peronismo, y de ahí en adelante fuimos de fracaso en fracaso. No tuvimos oportunidades porque los “chicos malos” se encargaban de que nadie terminara su mandato. Así crecimos, frustrados y psicóticos, creyendo que nada nos podía dar el crecimiento nuevamente, hasta hoy. Hoy el pueblo cautivo con planes, regalos y dádivas varias se les rebelaron a los “chicos malos peronistas”, y justo encuentran un frente opositor que es confiable para muchos, odiado por los malos de siempre, pero está ahí, firme, fuerte, enfrascado en ser la posibilidad cierta y palpable de que los chicos malos vuelvan a la cárcel, y encima éstos se encuentran con la jefa neurótica por esta posibilidad que los mete en un laberinto insalvable, quizás el inicio del fin. Fueron años, quizás un par de siglos que estamos esperando nacer, y ahí, al borde del parto, con la patria asomando, con la posibilidad cierta del cambio, nos asusta un poco, pero nos devolverá la sonrisa y el crecimiento será, lento pero inexorable.