En el siglo XVII Galileo Galilei fue obligado por la Inquisición del Santo Oficio a retractarse de sus teorías astronómicas bajo amenaza de ser ejecutado.
Archivo Diario La Capital
En el siglo XVII Galileo Galilei fue obligado por la Inquisición del Santo Oficio a retractarse de sus teorías astronómicas bajo amenaza de ser ejecutado.
Los verdugos oscurantistas, amparados en el uso discrecional de sus dogmas y del poder, obligaron a este hombre a renegar de las conclusiones a las que había llegado mediante investigaciones basadas en la física y la matemática.
Galileo había construido el telescopio con el que observaba el cosmos, el universo estelar, planetas y estrellas.
La cuestión es que sostener el movimiento de los planetas era cuestionar el orden despótico y estático fundado en las jerarquías dinásticas monárquicas y hasta la infalibilidad de los jerarcas clericales.
Aún con sus métodos aberrantes, los inquisidores no lograron impedir la evolución de los estudios sobre el cosmos y su continuidad en el devenir de los siglos.
En la obra de teatral de Bertolt Brecht dedicada a Galileo el dramaturgo pone en boca del científico una frase inolvidable: “Dentro de algún tiempo se hablará de los astros hasta en los mercados”.
Durante estos días el eclipse solar y la conjunción de dos planetas han sido noticia expandida en la sociedad.
Galileo merece ser reivindicado por su lucidez, tenacidad y audacia, y para sus verdugos solo una nota al pie lamentable en el registro de la historia.
Carlos A. Solero
DNI 13.032.961
Por Martín Stoianovich