La Capital del 21 de septiembre de 1928 titulaba a seis columnas “Hoy recibirá Rosario las cenizas de su ilustre hijo, prócer de la Independencia Argentina, Dr. Vicente Anastasio Echevarría” y subtitulaba “El pueblo y las autoridades tributarán un alto homenaje de admiración y gratitud a la memoria del patricio”. El texto detallaba aspectos biográficos y políticos del personaje. Al otro día el diario detallaba el evento desde el arribo de la cañonera “Independencia” que transportó el cofre de mármol con las cenizas y el emotivo momento que el contraalmirante Tiburcio Aldao, lo puso en manos del intendente Tobías Arribillaga. Reliquia que, en una cureña militar, recorrió calles céntricas para terminar depositada en la Catedral, recibida por el presbítero Nicolás Grenón. La urna fue instalada en el muro norte del templo que da al patio exterior y una placa alusiva la cubre. Se destacaron pasajes de los discursos de Calixto Lassaga: “Volvió al templo que a un siglo y medio recibió el sagrado sacramento del bautismo; y del entonces presbítero Antonio Caggiano, quien señaló: No regresa de batallas, regresa de cien años de la Convención de 1828”. Pero lo que de seguro impactarían al lector serían las fotografías que muestran la amplia presencia de la población de la que emana el fervor patriótico ante los restos de un hombre de Mayo de 1810. El gobernador Pedro Gómez Cello estuvo representado por jefe de policía de la ciudad, Ricardo Caballero. Las autoridades locales agasajaron a la oficialidad de la nave en un almuerzo en el Cifre. Excelente cierre del magno acontecimiento que por entonces fue todo un ícono de Rosario.