Profunda emoción me provocó la lectura del artículo publicado por La Capital el día 3 de septiembre referido al ex futbolista rosarino Fabián Ricci, aquejado de una dolencia que limita sus movimientos, pero poseedor de un tesoro enorme en la persona de sus amigos Adrian Caruso, Javier Torres, Jorge Barale, Rubén Ludueña y Gustavo Villarino, quienes, dando un extraordinario ejemplo de solidaridad, colaboran con él en todo cuanto les es posible. ¡Qué maravilloso don el de la amistad cuando se vive como lo hacen estos hombres leales! ¡Qué orgullo para Fabián y su esposa que han sabido cultivar esos vínculos humanos! Gracias a todos por su ejemplo de vida. Dios los bendiga.