Al Hogar Nueva Esperanza
Al Hogar Nueva Esperanza
El pasado 19 de octubre falleció mi mamá, Irma Iñiguez, por distintas complicaciones de salud, que no resultaron de Covid-19. Tenía 85 años. Desde hacía tres años estaba alojada en el Hogar Nueva Esperanza de la ciudad de Funes, donde recibió siempre una encomiable atención. Por razones de cuidados epidemiológicos, dada la pandemia, la familia no podía ir a visitarla, como lo hacía antes de la irrupción y expansión del coronavirus. Interpretamos que esta situación de aislamiento, de no poder estar junto a sus seres queridos, desencadenó sentimiento de soledad, desamparo, tristeza, que la perjudicó psicológicamente y derivó luego en algunos problemas en su estado de salud. Ante la pérdida irreparable, los familiares agradecemos la asistencia permanente de la gente del Hogar Nueva Esperanza como también a todas las personas que nos hicieron llegar sus condolencias a través de los menajes y llamados telefónicos. Nos queda la angustia, la tristeza por su partida de este mundo, pero sabemos que descansa en paz en lo más alto.
Marcelo Malvestitti