Una mirada sistémica sobre la problemática de las malezas por encima de soluciones puntuales. Ese fue el eje sobre el cual se desarrolló la última jornada de la Red de Malezas Resistentes (REM ) de Aapresid en un campo de la localidad de Serodino, de la que participaron más de cien personas. Desde junio pasado, los organizadores venían preparándo el encuentro para mostrar allí todas las dimensiones del manejo, graficado en seis diferentes estaciones, con el propósito de hacer un abordaje y tratamiento integral.
En grupos de entre 20 y 25 personas que rotaban las estaciones, los presentes fueron aprendiendo sobre las diferentes prácticas disponibles, todas ellas sumando “un escaloncito” en el manejo de malezas.
Los ejes temáticos que desarrollaron fueron los siguientes:
► Limpieza de maquinaria. Federico Sánchez, de Inta Manfredi, mostró en esta estación un protocolo de limpieza de cosechadoras que desarrolló el organismo muy simple y cuya implementación baja considerablemente la probabilidad de contaminar con malezas un lote limpio. ¿Cómo limpiar la máquina en el ingreso de un lote limpio? “Cuando viene un contratista del que desconocemos su procedencia, es necesario asegurarnos la limpieza de la máquina. Lo mismo cuando cosechás un lote sucio y pasás a un lote limpio”, explicó Sánchez. Por otra parte, el especialista recomendó “que sea el productor el que reciba al contratista, dedique 15 minutos a hacer un sopleteo, poner la máquina en marcha, embragar y alimentarla de heno limpio. Es un método preventivo de costo cero y con ello se eliminan las semillas que puedan quedar adentro de la maquinaria”, puntualizó.
► Monitoreo y reconocimiento de malezas. El ingeniero Matías Bertolotto explicó la existencia de un protocolo de monitoreo desarrollado por REM junto a otras instituciones. La metodología consiste en dos etapas generales: un trabajo previo al monitoreo en el lote, donde se debe definir un calendario anual de monitoreo, y un ranking de malezas zonal que facilite la planificación del calendario de monitoreo y una efectiva tarea en el campo. En la etapa de monitoreo propiamente dicha se debe definir claramente la ubicación del lote y determinar los posibles “ambientes”, monitorear por sectores (cerca de los alambrados o bordes, en la entrada de la cosechadora, interior del lote), determinar un patrón de monitoreo (por ejemplo en forma de W), el número de muestras y el tamaño de muestreo en cada sitio. A su turno, Luisa Nisensohn y Delma Faccini, de la UNR, mostraron malezas en el lote —«Rama negra, Raigrass, Sorgo de Alepo, Parietaria »— y otras muchas en maceta que son más difíciles de ver en la zona como «Borreria, Gomphrena, Chloris, Yuyo colorado»; haciendo un análisis comparativo y descriptivo de las mismas.
“Si bien necesitamos el uso de productos, debemos disminuirlos. Por eso es importante reconocer las especies que tengo y que a veces no son necesarias tantas aplicaciones o tantas dosis”, afirmó Faccini a los presentes.
► Manejo cultural. Tomás Baigorria, de Inta Marcos Juárez, estuvo a cargo de una estación donde se sembró trigo: en una parte estaba quemado químicamente para que funcione como cultivo de cobertura (CC ) y en otro parte se dejó como cultivo para cosecha. Al lado se dejó un testigo donde no se hizo aplicación en el otoño. En esa última parcela se veían muchas malezas mientras que donde había trigo para cosecha y trigo como CC , prácticamente nada. El eje pasó por mostrar el uso del cultivo como controlador de malezas. “Los cultivos de cobertura generan dos modos de acción contra estas amenazas que tanto preocupan a los productores. Por un lado, por competencia, durante su período de crecimiento; y por el otro, por interferencia de recursos”, explicó Baigorria.
Podrían también ser vicia, triticale, centeno, todos ellos aportan a su modo en el manejo de malezas. Finalmente, el cultivo se puede planear, usándolo para el manejo de malezas: con la mejor fecha de siembra según la malezas presente, la distancia entre surcos, un cultivar que crezca rápido, on todas variables a tener presentes.
► Manejo químico. Pablo Belluccini habló de uso de herbicidas y manejo de «Yuyo colorado, Chloris» y otras gramíneas anuales. Aquí la estrategia pasa por hacer buenos barbechos y temprano, utilizar residuales, sembrar el cultivo limpio y usar el producto más recomendado para cada situación. No es manejo químico “o” cultural, sino “y”. “Son situaciones complementarias y es importante lograr un equilibrio”- afirmó el disertante- “El manejo químico es una mirada más en el control de malezas, es muy importante pero no la única”. Acerca de la presión de herbicidas, Belluccini manifestó: “Siempre sugerimos desde Inta la rotación de modos de acción”.
► Pulverización. Julián Etchegoyen habló de buenas aplicaciones, de cómo se mezclan los productos en el tanque, de los coadyuvantes diferentes según las condiciones ambientales. Habló también de la regulación de la maquina que había disponible en su estación. “Hay distintos parámetros que determinan la calidad de aplicación, en una primera instancia es la calidad de agua, por otra parte es fundamental regular los equipos y hacer un buen mantenimiento, también identificar qué tipo de maleza tenemos presente para elegir el o los productos aplicar. La complejidad de las mezclas que elegimos también nos exige estar bien informados”, aseguró.
► Fitotoxicidad. En esta estación se habían sembrado soja y maíz con aplicaciones de preemergentes y postemergentes. Nicolás Montero Bulacio, de la Facultad de Ciencias Agrarias de Rosario explicó cuáles eran las condiciones de suelo que favorecen la fitotoxicidad. Con preemergentes, la principal causa que puede generar fitotoxicidad es el uso de dosis más altas de la reco mendada, así como condiciones de suelo y clima. Esto depende de cada herbicida, pero puede atribuirse a una lluvia luego de la siembra- que deja disponible un herbicida que el cultivo no tolera- o a bajas precipitaciones en el barbecho que impidan su degradación y permanezca en alta concentración al momento de la siembra. En las aplicaciones postemergentes se observaron casos de dosis excesivas de herbicidas recomendados para el cultivo de soja (PPO, cloroacetamidas etc). También se pudieron ver simulaciones de una mala limpieza de tanque con herbicidas que no se pueden utilizar en el cultivo, pero que podrían haberse aplicado en otro cultivo o en un barbecho.
Montero Bulacio se detuvo en lo que es la fitotoxicidad por deriva: “Mostramos soja con deriva de 2,4 D Dicamba porque es algo que se va a ver mucho en los próximos años y hay que preparar el ojo para ello: vamos a tener la soja resistente a Dicamba de un lado y tal vez del otro vamos a tener fitotoxicidad”. Los casos de fitotoxidades son cada vez más frecuentes y hay que estar capacitados para reconocerlos.
► Un control accesible a todos. “Todo lo que mostramos es posible de llevar adelante. Por supuesto que la variable económica pesa. Pero se trata de cuestiones prácticas, sencillas y efectivas, que pueden cambiar la experiencia en el manejo de malezas”, expresó el organizador Martín Marzetti. “El costo de un cultivo de cobertura es un costo sólo en el corto plazo, si lo medimos en el largo plazo, es una inversión. Lo mismo con las demás prácticas”, agregó. Todas las estacione estuvieron “muy charladas”.