En ganadería siempre se habló de la ecuación correcta como fórmula del éxito. Es decir, con eficiencia, tecnología y más intensificación, es posible alcanzar una mayor producción y mejores resultados.
En ganadería siempre se habló de la ecuación correcta como fórmula del éxito. Es decir, con eficiencia, tecnología y más intensificación, es posible alcanzar una mayor producción y mejores resultados.
Desde hace un año, un grupo de especialistas viene generando una serie de variables importantes para el sector pecuario argentino, tomando como base el proceso de tecnificación que atravesó la agricultura hace algunas décadas. “El cambio no significa que haya que modificar en su totalidad el planteo propuesto por cada empresa, sino que con simples movimientos de manejo en el sistema o incorporación de herramientas de rápida recuperación económica, se puede provocar un impacto positivo en los resultados del proyecto”, explicó Diego Luscher, titular del grupo de Asistencia Intensiva en Ganadería (ASI).
Según este especialista, la mayoría de los estudios realizados sobre el sector indican que el manejo general en un sistema representa el 75% del resultado final, siendo un 25% restante la nutrición propuesta.
Entonces, “si se actúa con inteligencia sobre la mayor proporción, se pueden obtener resultados en la economía productiva, más que prometedores”, agregó el especialista en ganadería.
Efecto verano. Un ejemplo podría estar centrado en la problemática estival de los tambos. “Los problemas del verano representan actualmente una de las principales barreras para alcanzar mayores niveles de eficiencia y productividad. En este caso, eI impacto negativo no es solamente inmediato sino que acarrea efectos que van más allá de la temporada”, subrayó Luscher.
Como solución, su empresa propone el manejo de la sombra como un tema muy importante y a tener en cuenta. “El objetivo de la asistencia es estar en contacto permanente con el productor y brindar una respuesta simple y aplicable. En este caso, se trata de hacerle comprender que cuanto mayor es el nivel de producción, más sensible es el animal al estrés térmico, por lo tanto, más marcada será la disminución de su rendimiento”, dijo.
Tanto es así, que en vacas de alta producción (más de 24 litros /día), se estima que el rendimiento de leche puede disminuir hasta un 25%. Por su parte, desde el punto de vista de la calidad de leche, se altera su composición química con disminuciones importantes en la concentración de proteína en leche y pueden darse pérdidas de eficiencia reproductiva en el orden del 10%.
Proyectos sustentables. De a poco, muchos establecimientos vinculados a la cría intensiva, han comenzado a entender que la eficiencia y la tecnología bien manejadas, acompañan un esquema sustentable en el desarrollo, donde los primeros resultados son una reducción considerable de costos y la generación de valor a toda la cadena.
Actualmente, se puede ver en muchas empresas con sistemas de engordes a corral, y una disponibilidad de hotelería cercana a los 1.000 animales. “Es increíble que con solo manejar una adecuada lectura de comederos se logre una ganancia de aumento diario en kilos de carne del 5%”, explicó Luscher, destacando que en valores constantes, el ahorro representa —a lo largo del año— el sueldo de los tres empleados que necesitaría este tipo de sistemas.
El especialista, destaca los avances, aunque no duda en plantear la necesidad de revisar los altos costos que representa el desperdicio e inadecuado manejo de la alimentación en muchos feed lot.
Después de muchos años de su implementación, el sistema es muy deficiente en el suministro diario de raciones, donde se desperdicia cerca de un 5% en materia seca. Este porcentual, es alto para un esquema de eficiencia productiva, ya que multiplicado a lo largo del año por la cantidad de animales (1000), significa una pérdida de 150 mil pesos.
Los errores comunes. Hasta el momento, una serie de resultados determinó que la incorporación de sombra en las zonas de producción intensiva con hacienda, disminuye la temperatura ambiente entre 2 ó 3 grados menos. Para muchos es el principio de solución, sobre los errores que arroja desmerecer este criterio. En números, el rendimiento de leche en todos los casos ensayados dio márgenes superiores a un 10%.
Por su parte, otro dato de mejora productiva pasa por la incorporación de fibra en los mixers, antes de dar de comer. En este caso la utilidad es más importante y muchos productores ya lo están adaptando.
La gran deficiencia está hacia el norte de la Argentina, donde todavía hay muy pocas iniciativas de cambio en este sentido y un gran porcentual de pérdidas. Los principales errores todavía pasan por la falta de manejo y de adaptabilidad a nuevos procesos.
Transformación. En las próximas dos décadas, la ganadería argentina pasará a un modelo de intensificación sin precedentes y aplicable a todos los esquemas de desarrollo productivo. Se prevé que lo intensivo comenzará a interactuar con lo extensivo, mediante encierres parciales y trabajo bajo objetivos acordes a cada zona.
El productor debe comprender y asimilar que sin la incorporación de tecnología y manejo, los resultados pueden ser complicados. A veces todo depende de respuestas simples, como la modificación de unas pocas estructuras que pueda tener en su propio campo.