Los avances fueron presentados en el centro de entrenamiento que le empresa tiene en la localidad de Pergamino, en una Jornada de Intercambio Técnico (JIT) que ofrece un monitoreo permanente para técnicos y productores.
Los avances fueron presentados en el centro de entrenamiento que le empresa tiene en la localidad de Pergamino, en una Jornada de Intercambio Técnico (JIT) que ofrece un monitoreo permanente para técnicos y productores.
Según sus especialistas, el inicio del proyecto requirió la toma de 35 capas de información georreferenciada que se inició con muestras de suelos e imágenes satelitales de más de 20 años por cada lote auditado. El avance permitió generar una predicción de rendimientos y la definición de productividad por medio de fórmulas y algoritmos matemáticos.
El desarrollo, que hasta el momento sólo se hizo en Argentina, requirió una inversión de 150 millones de pesos, comenzó a ser observado por la casa matriz para avanzar sobre otras áreas productivas de América. "El estudio requirió del apoyo de universidades, un plantel técnico de profesionales e ingenieros agrónomos y la combinación con expertos en física y matemática, que trabajaron sobre el oeste liviano del país; es decir la región conformada por campos de las localidades de Pergamino, Rojas, Colón, Junín y Chacabuco", explicó Pablo Talano líder de Soluciones Agronómicas para Sudamérica de Monsanto. Agregó que la idea era observar la mayor variabilidad de rendimientos por lotes.
Según Monsanto, en los próximos años, los bancos de datos y la inteligencia artificial serán quienes cambiarán el sistema productivo. En la actualidad varias de estas plataformas están siendo aplicadas en Brasil y en el ciclo 2018, muchos productores argentinos comenzarán a utilizarlas. "Sabemos que a partir del uso de una cantidad de datos y conocimiento de tecnologías se puede potenciar el valor de las mismas", dijo Santiago Mazzini, líder en desarrollo de tecnologías de la empresa.
Por su parte, la observación se centró hacia la evolución de la agricultura y sus herramientas digitales. "El clima es una de las principales variables que se puede monitorear con inteligencia artificial, grandes base de datos y recopilación de información que ha comenzado a ayudar al productor en una mejor toma de decisiones", destacó Talano anticipando una era de soluciones integradas.
Por ahora, la gran duda es la renta, que impulsa a cada productor a alcanzar el mayor margen bruto por hectárea, midiendo los resultados en el corto lapso. "Termina siendo un dolor de cabeza; si nosotros seguimos produciendo de esta manera, sin incorporar tecnologías y fertilizantes, avanzamos en el daño hacia el suelo, es necesario que el productor comprenda que el resultado inmediato o mayor en el menor plazo, va a terminar llevándolo a una caída productiva y la ausencia de resultados", explicó el referente de sistemas y rotación de cultivos, Manuel Bermúdez.
OTRO HERBICIDA. "Por ahora, no hay otro producto que pueda reemplazar al glifosato", reconoció Mazzini resaltando que la compañía está investigando y tratando de obtener formulaciones que tengan una salida para solucionar los problemas que hay en el mercado. "Hay nuevas tecnologías que están apareciendo, con nuevos productos químicos que apuntan a controlar las malezas más difíciles. La biotecnología puede ser el camino sobre lo existente", anticipó Mazzini agregando que con el tiempo va a sorprender cómo se logra potenciar el valor de las tecnologías disponibles con el manejo de datos y un futuro de grandes cambios para la agricultura.
Leonardo Stringaro
especial para agroclave