La academia de los agrónomos
• La casa de estudios con sede en Zavalla es una de las más reconocidas del país. Docencia, investigación y debates productivos.
28 de octubre 2017 · 00:00hs
La Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) cumplió 50 años y la comunidad que integra la alta casa de estudios los celebra orgullosa del lugar destacado que ocupa a nivel regional y también a nivel nacional. Egresados, docentes e investigadores de la facultad ubicada en Zavalla son muy reconocidos y valorados por la calidad de su profesionalismo y los encuentra en este aniversario frente a nuevos desafíos, que apuntan al firme objetivo de repensar la agronomía según los tiempos que corren.
A través de estos 50 años los profesionales de la agronomía se caracterizaron por dar respuesta a varios cambios de paradigmas productivos y tecnológicos. Es allí donde la facultad siempre revalorizó el rol del profesional del ingeniero agrónomo en el camino de agregar valor, tanto a los productos como a los procesos productivos siendo actores claves para el desarrollo científico y tecnológico del país.
Para celebrar el 50º aniversario de la creación de la Facultad de Ciencias Agrarias hoy sábado, a las 11, se realizará un acto conmemorativo en el predio de del parque Villarino y posteriormente habrá un almuerzo en la Asociación Italiana de Ayuda Mutua de Zavalla.
Guillermo Montero, decano de la facultad, recordó que la fecha del aniversario fue el 16 de marzo pero en ese momento se decidió suspender la celebración por el accidente entre dos colectivos de la empresa Monticas y Metropolitana sobre la ruta 33, que dejó el fatal saldo de 12 muertos. "Preferimos hacer el acto después, fue muy fuerte para la facultad lo que pasó, falleció un no docente, un no docente jubilado y tuvimos internados graves. El ex decano Hugo Alvarez todavía se está reponiendo. Esperando que todo mejore pasamos el festejo para la época de la primavera. En marzo de este año no teníamos ánimo ni fuerzas para celebrar", contó el máximo referente de la alta casa de estudios.
Haciendo un repaso por la historia más reciente de Ciencias Agrarias, Montero subrayó que "la facultad creció enormemente en los últimos años", después de los procesos de acreditación de la carrera de agronomía frente a la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria (Coneau) que permitió autoevaluarse y encarar un proceso de transformación sobre lo que se estaba haciendo y proyectarse al futuro.
"Las acreditaciones fueron vividas con celo en la facultad. A partir de ahí vino el posicionamiento respecto de las otras universidades de todo el país. Hubo un plan de mejora y también apoyo del Estado que permitió renovar las instalaciones y equipamiento, becas para la formación de investigadores, de docentes, planes de internacionalización y para repatriar investigadores", destacó el decano.
Para cuando finalice el plazo de la última acreditación obtenida, en 2021, Montero se mostró esperanzado de que se avance en la construcción de una nueva resolución de acreditación, "que brinde mayor flexibilidad en los estándares, en función de las realidades y características particulares de cada región y que contemple y enfatice en la adquisición de diversas habilidades y competencias profesionales para los graduados". Esto permitirá, dijo, que las futuras gestiones puedan emprender la tarea de "repensar un plan de estudio adecuado a los nuevos tiempos, pero con la fortaleza de conocer claramente cuál será la regla con que oportunamente será evaluado".
Investigaciones. Montero resaltó que uno de los grandes atractivos de la facultad es el predio de 508 hectáreas, dentro del cual los lugares en que se realizan las investigaciones están a metros de los que usan para dar las cátedras. "Es un tesoro preciado para cualquier universidad, eso hace que sea requerido estudiar en la UNR y no en otros lugares", puntualizó.
En ese sentido, destacó el importante rol que tiene el área de investigaciones entre los profesionales y más aún ahora que se puso en marcha el Instituto de Investigaciones en Ciencias Agrarias de Rosario (Iicar), bajo la órbita del Conicet y la UNR.
"Tenemos una tradición muy ligada a la investigación, pocos son sólo docentes, casi todos estamos vinculados a la investigación. Además, es de destacar que la mayoría de los docentes están concursados. Eso nos hace un poco diferentes y estamos orgullos de eso. Tener ese perfil y las condiciones edilicias generaron la necesidad de tener un instituto del Conicet para ser más competitivos y generar más cosas. Así nació nuestro instituto, que tiene como característica es que es el único de agronomía del país", explicó.
Montero señaló que hay muchos institutos disciplinares a nivel nacional, como por ejemplo de genética, biotecnología, ecología, fisiología o producción animal, pero no había de agronomía con el campo transdiciplinar de la agronomía que incluye las diferentes gamas de los recursos naturales, producción vegetal, animal y todos los aspectos socioeconómicos que tiene la carera de la UNR.
El Iicar era un viejo anhelo en el ambiente académico de la facultad que recién logró concretarse sobre finales de 2015.
La misión del Iicar es generar y difundir conocimientos en el área de las ciencias agrarias, gestionar la innovación tecnológica y proponer estrategias tendientes a resolver problemas de índole productiva, económica y social que se plantean en los sistemas agroalimentarios de la región y su cadena de valor. El eje fundamental de todas las acciones se centra en la sustentabilidad de los ecosistemas.
"Hoy el instituto es un eje esencial, que nos permitió ser más competitivos para conseguir subsidios, conseguir más equipamiento y para la formación de los estudiantes. Con este nuevo gobierno se mantuvo el tema de los subsidios y para los grupos de investigación particulares se volvió algo más complejo", puntualizó.
El decano de Ciencias Agrarias habló sobre los desafíos que se vienen y contó que en el año del 50º aniversario se inauguró el debate para repensar el plan de estudios de ingeniería agronómica tomando en cuenta los temas de actualidad, las problemáticas de la última década que tienen que ver con agroecología, ordenamiento territorial, pensar la agricultura de precisión, por ambientes y todo "lo nuevo que se viene".
Sobre la licenciatura en recursos naturales indicó que tras seis años de su puesta en marcha se está elaborando un plan de mejoras para aggiornar la currícula a los tiempos que corren.
La casa. Ciencias Agrarias es una gran familia. Al no ser tantos, el contacto entre docentes y alumnos es más que frecuente, y esta también es una característica valorada por el entorno. Los pasillos de la alta casa de estudios son recorridos diariamente por unos 2 mil estudiantes, entre quienes cursan carreras de grado y posgrados, mientras que carreras como medicina suman más de 15 mil o ciencias económicas unos 12 mil alumnos.
"Una materia se rinde mate de por medio, es una característica de la facultad. No somos tantos comparados con la masividad de otras carreras, y eso muchas veces nos permite conocer a los estudiantes", indicó Montero, quien subrayó que "todos los ingresantes de origen brasilero en primer año de medicina son casi como todos los de la facultad de agronómicas".
El decano señaló que uno de los pilares de la facultad tiene que ver con que, a pesar de que no todos piensan igual, se avanza. "Cuando defendemos a la facultad somos una estructura sólida, siendo tolerantes con las diferencias. No podemos tener verdades preestablecidas, como cuando investigamos. Por qué como gestor en mi facultad voy a ser diferente a mi trabajo con artrópodos", apuntó.
De todas formas,agregó que teniendo en cuenta esa universalidad del pensamiento, hay ciertos límites. "Nadie aprobaría zoología, donde se discute la aplicación de producto para plagas, si dice pasar un insecticida, cuando con pasar un herbicida basta. Sabes que eso está mal. Hay que profesionalizar la aplicación de productos", explicó al tiempo que dijo: "Hay que repensar cómo habitamos y cómo cuidamos a nuestra casa común, repensarnos como profesionales coherentes y comprometidos, tanto con la producción, como con la conservación de nuestra casa común".
Montero se enfocó en poder manejar equilibrios, frente a posturas productivista y otras más conservacionistas. "Producción y conservación son dos caras de una misma moneda. No es posible pensar en esta época en producir sin conservas los recursos naturales, sin conservar los recursos de la producción y de la misma manera no es posible pensar no producir. Producimos alimentos y queremos hacer de forma sana y segura para los pueblos. Enfrentemos la nueva agricultura en las zonas periurbanas, que podrían ser una nueva vidriera para pensar la agricultura pampeana, que se aparte de los cultivos industriales, del monocultivo, que contemplen los beneficios del pastoreo. Somos la facultad que más defiende el pastoreo en la Pampa", subrayó.
El decano de la facultad habló de algunas alternativas que se pueden encarar en estas zonas intermedias llamadas espacio periurbano, entre el campo y la ciudad. "Realizamos experiencias de cultivos alternativos como chía que presenta importantes ventajas", relató Montero.
"Es necesario repensar y recrear los modelos productivos Pampeanos, para lograr una producción que sea más sustentable y que se sostenga en el tiempo. Es necesario transformar la producción con la promoción de mayores niveles de diversidad. Es determinante proteger la salud y la soberanía alimentaria de nuestros pueblos rurales; volver a explotar los innumerables beneficios del pastoreo en la reconstrucción de los modelos productivos pampeanos", subrayó el decano de Ciencias Agrarias.
Diversidad botánica
Uno de los espacios que la Facultad de Ciencias Agrarias expone con orgullo es el herbario Juan Pablo Lewis. Inscripto en el Index Herbariorum, un registro internacional de colecciones botánicas, se trata de uno de los pocos herbarios existentes con numerosas plantas de la provincia de Santa Fe.
Desde su inicio en 1972 a la actualidad logró reunir unos 12.000 ejemplares, representados en 134 familias botánicas. Se han identificado y catalogado casi 9.000 ejemplares correspondientes a 1.500 especies.
Esto representa la mayor parte de la flora de la provincia, convirtiendo a la colección en uno de los documentos más preciados de la naturaleza y biodiversidad de Santa Fe.
El herbario reúne también una colección de plantas del partido de Pergamino, que si se compara con la colección realizada a principios del siglo pasado por el profesor Lorenzo R. Parodi, constituye el único documento existente sobre la erosión de la biodiversidad botánica y las invasiones vegetales a la que está sometida la región pampeana.
Esta colección, administrada por las cátedras de Botánica y Ecología Vegetal de la facultad, es además la base de importantes estudios florísticos desarrollados actualmente y ha servido en forma directa o indirecta a más de 60 publicaciones científicas y 10 tesis doctorales y de maestría.