La demanda mundial de cereales y oleaginosas tendrá un "lento crecimiento" en los próximos diez años, según un pronóstico de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Entre 2017 y 2026, el crecimiento mantendrá un menor ritmo que en la década pasada, indicaron en un informe divulgado por los especialistas Julio Calzada y Federico Di Yenno, de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).
En términos nominales, los precios internacionales del complejo sojero y de cereales crecerán en los próximos diez años, aunque no superaría en mucho la inflación mundial.
"Los cereales ganarían un poco más. Ocde-FAO esperan que el comercio agrícola siga aumentando, pero a un ritmo más lento que en el pasado", sostuvieron los especialistas de la BCR en un reporte.
Consideraron que "este lento aumento resulta más evidente para los cereales y las semillas oleaginosas, que, en conjunto, representan el 45% del valor del comercio agrícola", mundial.
Las proyecciones constituyen una visión del posible escenario futuro de desarrollo de la agricultura mundial, en base a un conjunto determinado de supuestos y la posible configuración de las políticas agrícolas y comerciales de los países de todo el mundo.
Los precios de los commodities agropecuarios (cereales, carnes, pescados y productos lácteos) vienen de registrar una fuerte caída en sus niveles promedio durante el año 2016. Esta disminución tuvo correlato en la amplia producción que experimentaron, alcanzando máximos a nivel mundial en casi todos los rubros.
En los cereales, esta disminución se sintió principalmente sobre el precio del maíz y el trigo que alcanzaron un máximo de producción global en el año 2016.
"Viendo ya la dinámica de la última década (2004-2006 a 2014-2016), según la Ocde-FAO se observó en dicho período un incremento de la demanda de commodities agrícolas sin precedentes", manifestaron.
El consumo total de cereales aumentó de 2.000 millones de toneladas a 2.500 millones (500 millones en diez años). Lo mismo pasó con el consumo de carne de ave, que creció de 81 millones de toneladas a 113 millones con un incremento de 32 millones de toneladas.
En China, el crecimiento de los ingresos impulsó la demanda de alimentos. "Según se desprende del informe elaborado por la Ocde-FAO, los factores continuarán influyendo sobre la demanda mundial de productos agrícolas, pero su relevancia disminuirá relativamente en la próxima década", indicaron los expertos de la BCR.
Explicaron que "el crecimiento de la demanda en China se está desacelerando, a medida que se modera el crecimiento de los ingresos y disminuye la propensión de los hogares a gastar más ingresos en alimentos".
"Por otro lado, la evolución de los mercados de biocombustibles está fuertemente impulsada por las políticas y los precios del crudo y, consecuentemente, es más difícil predecir en función de las tendencias demográficas y económicas", dijeron.