Un grupo de técnicos del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) de Balcarce identificó cuáles son las variedades de trigo presentes en el mercado local que podrían superar la barrera de 110 quintales por hectárea, tanto en planteos en secano como bajo riego, se informó hoy oficialmente.
En función de los buenos precios internacionales, sumado a la humedad de los suelos y al precio accesible de los fertilizantes, los técnicos proyectan un escenario con perspectivas de crecimiento para la siembra del trigo.
En ese marco, el especialista en trigo del Inta Pablo Abbate explicó que los datos surgidos de la Red de Evaluación de Cultivares de Trigo Pan (RET) permitieron identificar "nueve cultivares que baten los récords de rendimiento".
Luego de realizar y comparar una extensa red de ensayos agronómicos, los técnicos concluyeron que las variedades en cuestión son Timbó, Baguette 680, Cedro, Baguette 802, SY 120, Basilio, Ciprés, Aviso y Lapacho, informó el Inta.
Se trata de nueve cultivares de origen francés con excelente comportamiento al vuelco y de ciclo largo o largo-intermedio; todos son de uso comercial y están disponibles entre los productores, destacó el organismo.
"Gracias al aporte del mejoramiento genético en trigo fue posible alcanzar rendimientos de 108 quintales en secano y 120 con riego", subrayó Abbate.
El promedio nacional histórico de productividad de este cultivo está mucho más abajo, en torno a los 28 quintales por hectárea.
Abbate explicó que, de todos modos, existen modelos agrícolas que superan varias veces el promedio nacional, en cuyo caso "el techo de rendimiento subió a partir de la incorporación de germoplasma francés", que comenzó a introducirse en el país a partir de 2000.
En los ensayos se realizó un manejo sin limitación de nutrientes (fertilización) y con la implementación de fungicidas.
Los nueve cultivares identificados por los técnicos estatales "tienen sangre francesa", recalcó Abbate, tras explicar que ese país priorizó el desarrollo genético para aumentar los rendimientos del trigo, mientras que en Argentina prevaleció la búsqueda de mayor calidad y sanidad del cultivo hasta los años 70.
El experto aclaró que a la par de permitir un incremento de los rendimientos, el uso de este tipo de variedades de genética francesa "va en detrimento de la calidad panadera, pero no modifica el aporte nutricional ni la inocuidad del trigo".
"Mediante la incorporación de esta tecnología, logramos mayores rendimientos, un factor realmente necesario en un país que, en los últimos 50 años, aumentó las exportaciones de trigo a la par del consumo interno", reconoció Abbate.