El especialista recordó que el sudeste de Buenos Aires fue la mayor zona triguera del país, concentrando entre el 40 y el 45% de la producción nacional. Sin embargo, el cultivo ya tiene la misma área sembrada que la cebada y los rendimientos de ambos cultivos se mantienen entre los 43 a 45 qq/ha. “Menos trigo es menos cobertura, menos materia orgánica, peores estados nutricionales de los cultivos, más resistencias y más costos, nos hemos dejado caminar con el control de malezas. La única solución que tenemos es acceder a los nuevos productos”, dijo Montaner, pero le pidió a los productores que piensen otras alternativas. “No hemos sabido generar capital social para enfrentar los cambios. Nos quedamos esperando a ver cuál será la nueva molécula. Si no abordamos el problema de nuestro sistema vamos a volver a caer en una nueva necesidad de producto”, expresó.
También que “el mayor problema es que en el 60% de los campos se trabaja bajo alquiler anual. Nadie puede planificar así. Además de la renta inmediata, nos mata la rentabilidad. Tiene que haber una caída en los precios de los alquileres”, dijo.