Buscar talentos, encontrarlos altos. Y si es posible, alimentar con ellos a las selecciones nacionales de base. El vóley argentino tiene por delante una cruzada gigante pero ya puso primera. Se trata del Plan de Captación y Detección mediante el cual se pretende dar con chicos en edad escolar que puedan ser futuros jugadores de este deporte, lo conozcan o no. La meta es detectar a aquellos que no sólo lo sean potencialmente en cuestiones técnicas, sino especialmente que tengan perspectivas de altura, el gran problema de los equipos argentinos a nivel internacional. Considerando estadísticas de los mundiales de base del año pasado, los equipos albicelestes rondan los puestos 17 ó 18 sobre un total de 24 entre los más altos, por lo que “crecer” resulta clave para avanzar en ese nivel. Así que, más allá del ojo afilado de los captadores, el guiño o alerta de los profesores de escuela que tengan alumnos “que pinten bien” en la clase de educación física, le daría al plan, una mano bárbara.
¿Cómo funciona? La captación y detección de talentos se está llevando a cabo en todo el país. Su coordinador general es un rosarino por adopción bien conocido en el ambiente, el licenciado en educación física Omar Grasso. En este sentido realizan una acción conjunta la Federación Voleibol Argentino (Feva) y la Secretaría de Deportes de la Nación. La misma tiene en vigencia y distribuidas en todo el país, Escuelas Deportivas Argentinas (varios deportes). La Feva tomó y modificó esas escuelas, en este caso de vóley y pasó a llamarlas Academias de vóley, directamente. Las mismas están diseminadas en ocho regiones (aunque no en todas las provincias) y en base a ello, captadores mediante, se busca a los talentos. Otra pata es muy importante: son las secretarías provinciales las que deben solicitar la habilitación de esas Escuelas Deportivas en cada territorio. En Santa Fe hay dos: una funciona en Rosario y otra en San Jerónimo.
Que los captadores hagan un buen trabajo, es clave. Hay una parte de las responsabilidades que es más administrativa, de capacitación y averiguación de datos y la otra es, como le dicen internamente, “extramuros”, esto significa salir a buscar a los chicos en los barrios y en las escuelas del sistema educativo formal. Con algunas el trabajo resulta sencillo, porque la Secretaría de Deportes de la provincia articula la acción con el Ministerio de Educación (deben coordinar) y en otros casos es un trabajo más artesanal. El captador se presenta en la escuela, explica el plan, pide permiso para hacer alguna actividad o juego en la clase de educación física, más librado al azar o voluntad de un directivo. Porque esto ocurre mucho es que desde el programa apelan a que cualquier profe (que claramente conoce más a sus alumnos por tenerlos día a día) pueda dar aviso de un “talento”. Hay casos en los que los chicos ni siquiera conocen el vóley o no tienen perspectivas de jugarlo, pero se los va a buscar igual.
Asimismo, el desconocimiento de esta disciplina, en una provincia como Santa Fe, es raro: “El vóley es el deporte que más se da en los contenidos de educación física en el país”, le explica Omar Grasso a Ovación en una charla de un plan condicionado por la pandemia del Covid-19, pero no por eso menos activo. Por eso resalta: “La escuela formal es clave en esto”. Lo que se capta en relación a las federaciones es más frecuente, está más aceitado, es un terreno conocido. La acción empezó a desarrollarse hace algunas semanas, con encuentros virtuales entre coordinador, captadores, profesores y los propios entrenadores de los seleccionados argentinos: Marcelo Méndez y Hernán Ferraro (mayores) y Pablo Rico y Eduardo Rodríguez (selecciones de base).
“Los altos están, pero no abundan. Por eso el programa es para encontrarlos”, ríe Omar. Y luego explica por qué esos chicos son el faro: “A ese nivel (internacional), si tenemos chicos que golpeen bien de arriba, saquen bien, defiendan, ataquen y si en lo posible son de buena talla quizás tengamos posibilidad de un mejor rendimiento, resultado u obtención de objetivos”. A lo que agrega: “Es buscarle una vuelta de tuerca a todo lo bueno que ya tenemos en técnica y táctica”.
El plan no garantiza que si un chico es alto vaya a integrar un seleccionado por sus potencialidades de juego o talla, pero sí se hará lo posible para que así sea. Y por el contrario, si hay otro chico que realmente tiene condiciones, aunque no tanta altura, igual se lo integra. El objetivo es doble: alimentar a los seleccionados argentinos de base pero también sumar gente al deporte. Claro, todo depende de la zona en la que se esté, de los biotipos, de la idiosincrasia de cada provincia. Por ello hay zonas del país a las que es difícil acceder por varias razones. Entonces, el señalamiento de un talento es más importante que en otros lados. Santa Fe, en este sentido, es un poco oasis: “Acá por suerte tenemos vóley femenino para hacer dulce. Hay mucho desarrollo en toda la provincia, se juega en muchísimos pueblos o ciudades pequeñas en un altísimo nivel. Técnicamente los equipos santafesinos son muy buenos. No lo digo yo, lo dicen los resultados en los campeonatos argentinos. En varones ocurre algo parecido, pero está más presente el tema de la altura y de que el varón tiene muchas más ofertas de otros deportes”, explica Grasso.
La aclaración del coordinador tiene pruebas fehacientes en la actualidad: Victoria Mayer, Elina Rodríguez, Luciano De Cecco, Pablo Crer, Sebastián Solé, nombres fuertes en las selecciones mayores hoy, todos nacidos en la provincia que alimenta siempre las huestes albicelestes, en todas las categorías. Pero la búsqueda de talentos está en marcha. Porque cuanto más, mejor. Y que la pelota siga volando.
Cómo comunicarse para recomendar
Aquellos profesores de educación física, que trabajen en barrios o escuelas y que consideren que tienen entre sus filas a chicos o chicas que puedan ser considerados en este plan, pueden contactarse con la Feva a través de sus redes sociales: Feva (en Facebook); @voley_feva (en Instagram) y @ @Voley_FeVA. O simplemente pueden hacerlo aquellos que consideren que conocen a un talento. Grasso, Instructor de Feva, Coordinador Técnico en Normal 3 y Capacitador en la UNR, orientará el dato.