Un original invento de un grupo de estudiantes de la Escuela Técnica Nº 473 Juana Elena Blanco
de Rosario se propone nada menos que disipar la neblina que se genera en los caminos y contribuir
así a que haya menos accidentes de tránsito. Ya hicieron en el aula las pruebas de rigor con
resultados alentadores, ahora buscan auspiciantes que los ayuden a probar la idea a gran escala. La
propuesta la presentarán en la Feria Regional de Ciencia y Tecnología que se realizará el 17 y 18
de septiembre en la Rural.
“Disipador de neblina” es como llaman al proyecto de investigación los chicos de la
Técnica de Gorriti al 2.200. “El trabajo tiene sólo cuatro meses de investigación, por lo que
las perspectivas de proyección son realmente prometedoras, dado que son muchas las aristas del
mismo que aún no han sido desarrolladas”, señala el profesor que coordina la idea, Gabriel
Perna.
Pero como el mismo docente indica, los verdaderos protagonistas de esta iniciativa son Brian
Sánchez, Maximiliano Rolón, Leonardo Pascua, Germán Sánchez, Brian Verón, Lucas Donello y Débora
Ramírez, estudiantes de 2º y 3º años del secundario y que no pasan los 16 años.
Maximiliano, Brian Sánchez y Germán son los que más se animan a detallar en qué consiste su
trabajo, y lo primero que explican son las razones de por qué se decidieron por la investigación:
“Nos preocupan los accidentes de tránsito, pensamos que podíamos hacer algo para
disminuirlos”.
Esa motivación los llevó a estudiar de todo un poco y que los padres se preocuparan de verlos
“trabajar hasta los días de paro y los fines de semana”.
¿Y en qué consiste este invento? Según describen es un sistema innovador que va a disipar, o al
menos parcialmente, la neblina de los caminos. Los chicos decidieron centrarse en el banco de
niebla que habitualmente se forma alrededor del kilómetro 28 de la autopista Rosario-Buenos Aires
(a la altura de Arroyo Seco).
Más compromiso. A grandes rasgos es un gran depósito de anhídrido carbónico
conectado a una red de caños de acero, con una serie de derivaciones de dos metros de altura,
colocadas a intervalos, las cuales finalizan en inyectores que vierten el gas hacia la neblina que
cubre la cinta asfáltica, permite disipar la niebla y mejorar la visión.
Mientras Débora sueña con ser arquitecta ayuda a organizar la tarea junto a sus otros compañeros
de equipo. Maximiliano dice que quiere ser mecánico matriculado y se ha tomado con tanto compromiso
este proyecto que hasta lo ha obligado a estudiar temas inesperados.
El profesor Perna y el director de la técnica, Carlos Martínez, ya fueron al Concejo Municipal a
pedir apoyo financiero y seguirán por otras instituciones. Están convencidos que las compañías de
seguro y en especial las concesionarias de peajes figuran en la lista de empresas a interesar.
Los chicos de la Técnica 473 ya han realizado pruebas preliminares en un simulador y los
resultados son atendibles para insistir con una prueba in situ, que permita demostrar los alcances
del disipador. El primer paso solidario de pensar en el otro ya lo dieron con la idea, ahora falta
el apoyo financiero de las empresas para continuar un proyecto de interés comunitario sostenido en
fuerte empeño de que aprender vale la pena.