Un petitorio impulsado por Amsafé provincial recorre los institutos
de formación docente de la provincia. En el texto se manifiesta el malestar de los estudiantes ante
nuevas disciplinas obligatorias, a contraturno y en ocasiones sobre temas de dudoso aporte
formativo. Aseguran que ese programa oficial desconoce que “el 60% de los jóvenes de los
profesorados trabaja”, dejándolos afuera del mismo.
El petitorio está dirigido a la directora provincial de Educación
Superior, Silvia Pezzoni y, entre otras consideraciones, califica de “unilaterales” las
medidas tomadas y se pide una urgente revisión de estas decisiones. Las firmas se juntan hasta el
viernes 11 y según pudo conocer
LaCapital.com.ar
, prepararían una marcha a nivel provincial para acompañar este
reclamo.
El malestar recae sobre la implementación en las carreras de
formación docente de los niveles inicial y primario de las cátedras y espacios experimentales
conocidos como “
Talleres de Producción Pedagógica (TPP)”
, “
Itinerarios por el mundo de la cultura”
y “
Movimiento y cuerpo”.
Pero para entender mejor de qué se tratan estas nuevas cátedras y
cómo afectan a los estudiantes, este medio entrevistó a una alumna de 2º año de profesorado de
Rosario.
“
Me anoté en un taller de tango porque me gusta, pero después me di
cuenta que me daban clases casi de prestado porque a los cursos llegamos enviadas por el
Ministerio. Igual hay compañeras que como no tuvieron muchas opciones a la hora de inscribirse les
tocó jugar al buraco una hora por semana, ya que era una propuesta ofrecida por el ministerio como
de ‘recreación’”, cuanta Gabriela, de 20 años y que aspira a ser maestra de
grado.
Los talleres a los que alude son los que se conocen como
“Itinearios por el mundo de la cultura”, pensados para que los alumnos incorporen
conocimientos que hacen a su formación cultural.
Estos itinerarios son obligatorios y a contraturno. Deben asistir al
menos una hora por semana y durante todo el año. Se aprueban con la asistencia y con la evaluación
del profesor del taller.
Los estudiantes deben elegir entre la oferta que el Ministerio de
Educación muestra en su página web. Los talleres abarcan áreas recreativas, expresivas, de música,
deportivas y literarias, entre otras. Se arman en función de los convenios que el Ministerio logra
concretar con bibliotecas, ONG y asociaciones civiles, entre otros organismos.
Y hay de todo: desde teatro, fotografía, ajedrez, hasta
malabarismo, castañuelas, caminatas, clases de encaje y buraco. Los talleres tienen
cupo, así que a medida que se van completando, los últimos en llegar deben inscribirse en lo que
queda.
“
No conocemos bien cuál es el criterio para que asistamos a estos
talleres”, dice Gabriela.
Desconocimiento de los alumnos
El punto central por el cual reclama el gremio es que estos
itinerarios se dictan por fuera del horario de cursado de las materias, desconociendo que “el
60% de los estudiantes de los profesorados de la provincia trabaja y que el 50% vive en otras
localidades y viaja a diario para aprender”.
Gabriela menciona además el caso de las alumnas que son madres:
“A ellas también se les dificulta cumplir los horarios por fuera de las cinco horas diarias
de cursado curricular”.
La alumna considera que la idea de transitar por espacios culturales
que colaboren con su formación no es mala, pero el problema está en que no considera al alumno real
y que lo que se ofrece en este momento responde más a la improvisación que a un plan formativo
serio”.
¿Hacia una formación elitista?
La otra novedad que incorporó el Ministerio este año es el Taller de
Producción Pedagógica (TPP). En el mismo, un grupo de seis alumnos con un docente de una
institución asociada, junto a otro del profesorado y un coordinador que designa el Ministerio
analizan un problema que se vive en la escuela asociada, desde la teoría y la práctica y se
proponen soluciones.
Las reuniones son de dos horas reloj semanal para el grupo,
obligatorias y a contraturno del cursado obligatorio. “Tampoco la idea es mala, pero
nuevamente desconoce la realidad”, dice la estudiante y comenta que por ejemplo en su
profesorado no todos los alumnos pudieron inscribirse porque les faltaban escuelas asociadas, y aún
no les han dicho qué salidas les darán. “Incluso llegaron hablar de incluir los sábados para
estos encuentros”, comentó.
A estas dos horas a contraturno de los TPP hay que sumarles la del
“Itinerario”, y además las de la cátedra libre Cuerpo y Movimiento, que si bien se
realiza en parte del horario de clases, muchos no alcanzan cubrir las horas establecidas y deben
extender la jornada de estudio.
“
La sensación que nos queda es que este plan de estudio discrimina y
expulsa a los jóvenes que trabajan o son madres, porque los horarios no contemplan estas
realidades”, dice muy apenada Gabriela.
Por si fuera poco asegura que esto en la formación privada de
docentes no ocurre, porque “no se sabe cómo pero ellos ofrecen todo estos talleres en el
horario de clases”. “Nos preguntamos entonces si lo que se busca aquí no es ofrecer una
carrera elitista para los que sólo pueden pagar sus estudios”, concluye la estudiante.