—En la discusión del currículum, ¿hay espacio para debatir el contexto marcado por gobiernos “populistas”, no desde un punto de vista peyorativo sino desde la definición de Ernesto Laclau?
—En la discusión del currículum, ¿hay espacio para debatir el contexto marcado por gobiernos “populistas”, no desde un punto de vista peyorativo sino desde la definición de Ernesto Laclau?
—El currículum está atravesado por cuestiones políticas, culturales, éticas y hasta semióticas. Tiene que ver la concepción de populismo de Ernesto Laclau, el ampliar la cadena equivalencial como él la llama, e incorpor identidades diferenciales. Desde luego que tiene que estar presente, es constitutivo del currículum, aunque hay posturas en este campo que son muy tecnocráticas, que tienden a verlo sólo como problema de modelo o de organizar contenidos.
—Sin ánimo de repetir la práctica de importar recetas, ¿cómo se debe mirar lo que está pasando en Europa con la Reforma de Bolonia?
—Bolonia ahora mismo en el interior de Europa está en crisis. Creo que debemos tener cuidado en no repetir lo que hemos hecho en otras ocasiones de adoptar modelos ajenos, que empiezan a tener problemas en Europa o Estados Unidos. Me parece que esta reforma tiene cosas interesantes, pero hay que tener cuidado en resignificar que y cómo se toma en nuestros países lo que pasa allí, teniendo en claro que es un modelo que está presentando grietas. Una cuestión importante a considerar son las poblaciones que conforman Europa y América latina. Si bien en ambos espacios existe gran diversidad étnica y poblacional, a nivel de consumo los europeos están en lo que las Naciones Unidas denomina la “Copa de champán”, que describe que el 20 por ciento de la población consum el 87 por ciento de lo que se produce. Aunque en América latina también tenemos poblaciones que pertenecen a este sector. Incluso los universitarios, que por el simple hecho de tener acceso a la Universidad ya estaríamos en un sector muy privilegiado.
Por Matías Loja