Cañada de Gómez.— Nadie planificó la protesta. No hubo líderes y tampoco
discursos rimbombantes, pero como si se tratase de una rebelión espontánea, centenares de
automovilistas de esta ciudad y de localidades vecinas dejaron de pagar el peaje en la estación Río
Carcarañá, ubicada a unos veinte kilómetros de esta ciudad, actualmente en poder de la empresa Vial
5.
Quienes están a cargo de la estación de cobro situada en
Correa reconocen que "efectivamente hay automovilistas que no están pagando", pero sostienen que se
trata de una cantidad que "no es relevante". Por su parte, los trabajadores de ese establecimiento
no arriesgan porcentajes de los conductores rebeldes.
La cifra cobra otra dimensión en los dichos de los
conductores que no lo están abonando. Las consultas realizadas a quienes tomaron esta determinación
arrojan un perfil de ciudadano bien definido: el que está cansado de que "los avivados de siempre"
les pongan la mano en el bolsillo.
"Cada vez que paso siempre hay alguien que no paga. De
hecho yo pasé mucho tiempo sin abonar el peaje. Es que los que viajamos habitualmente por la ruta 9
observamos que, en materia de mantenimiento, no se hace absolutamente nada", relató un distribuidor
de quesos y fiambres.
Deterioro. En efecto, los automovilistas que tomaron la determinación de omitir
el pago del arancel (no hay barreras en el lugar) comentaron indignados que no pagan el peaje por
la sencilla razón de que la empresa "no mantiene la ruta en condiciones".
"En Cañada de Gómez, a la altura de los semáforos, la cinta
asfáltica está sumamente deteriorada. La demarcación no se hace nunca y los tramos rastrillados no
fueron refaccionados. Yo no pago porque la empresa del peaje nos roba el dinero", dijo un conocido
odontólogo de Cañada de Gómez.
Un empresario dedicado a fabricar insumos para el sector de
la maquinaria agrícola señaló sin tapujos que tampoco paga la tarifa del peaje. "No es por el
dinero, el costo no llega a dos pesos, es por la actitud de cobrar por un trabajo que en la
práctica no se hace", consignó.
Un comisionista tomó la misma determinación desde hace
varias semanas. "En mi caso me sumé a mucha otra gente que no estaba pagando bajo argumentos más
que sólidos. Por algo hay que empezar a quejarse y creo que es un buen comienzo mostrarle los
dientes a Vial 5", confió.
"Ayer, dos autos que viajaban adelante mío pasaron sin
pagar, un Renault Megane y un Peugeot 307. Yo sí estoy pagando porque un día me asustaron con
supuestas filmaciones que hacían. Pero es mucha la gente que no abona, lo puedo asegurar", dijo un
vendedor de panificación que atraviesa esa estación casi todos los días.
En el lugar se observan a varios policías, pero su tarea
(según las explicaciones de quienes trabajan en el lugar) es la de resguardar la recaudación diaria
de la empresa. "La policía no está para correr a quienes no pagan el peaje", sostuvo otro
trabajador que fue consultado por este diario sobre la presencia de los uniformados.
Sugerencia. La prestación del servicio es considerada tan mala (la peor desde
que se concesionaron las rutas en los 90) que meses atrás el Concejo Municipal de Cañada de Gómez
sugirió al gobierno nacional que la firma Vial 5 no sea tenida en cuenta para la renovación de la
concesión de la ruta 9, en el tramo Roldán-Pilar.
Previo a esa determinación, los ediles cañadenses se
cansaron de aprobar notas que fueron remitidas al Organo de Control de Concesiones (Occovi)
exigiendo a Vial 5 las reparaciones y el mantenimiento de la cinta asfáltica de los tramos que
corresponden al sur de Santa Fe.
Quien también protestó en estos días sobre los peajes fue
el senador nacional Rubén Giustiniani al denunciar que nuevamente se prorrogaron las concesiones
viales de las principales rutas del país. "Están favoreciendo al club del peaje de empresas amigas
del gobierno de turno", manifestó.
En ese sentido, el legislador solicitó la presencia del
ministro de Planificación Federal, Julio De Vido y de la directora del Occovi, Emma Albrieu, para
que expliquen las evidentes irregularidades en los contratos de concesión de los corredores 1, 2,
3, 4, 5 y 6 que, en su gran mayoría, atraviesan la provincia de Santa Fe.
"Una vez más se siguen con las mismas empresas que desde la
década del 90 vienen lucrando con el bolsillo de los argentinos sin hacer absolutamente ninguna
obra", consignó Giustiniani, tras resaltar que estas firmas tampoco pagaron las multas aplicadas
por violar los contratos de concesión. l