La creciente demanda de pacientes por afecciones vinculadas a las bajas temperaturas y la absorción de urgencias de afiliados a Pami pusieron en jaque al Hospital General San Martín, de Firmat, al punto de tener que apelar a la solidaridad de la comunidad y la región para intentar descomprimir la crítica situación.
Desde la dirección médica advirtieron que el servicio de guardia que funciona las 24 horas en el efector público para la atención de urgencias y emergencias se encuentra "al límite de su capacidad y necesita del uso responsable de los todos pacientes" para evitar mayores sobresaltos y superar la compleja coyuntura.
El fenómeno adquiere más gravedad si se tiene en cuenta que, tal cual lo advirtieron las autoridades sanitarias provinciales, el pico de casos de gripe se daría la semana entrante, lo que ha obligado a los efectores públicos de salud a ampliar en un 20 por ciento la capacidad de atención en las guardias hospitalarias (ver aparte)
Tras el conflicto generado a principio de este mes cuando Sanatorio Firmat dejó de prestar servicio a los abuelos tras no aceptar el nuevo contrato propuesto por la obra social de los jubilados, el establecimiento hospitalario firmatense tuvo que hacer frente a necesidades básicas con un plan de contingencia.
Si bien Pami buscó mejorar el problema a través de la firma de sendos convenios con clínicas locales para cubrir parte de la cobertura que brindaba el anterior prestador sanatorial, además de cerrar acuerdos con nosocomios venadense donde son derivadas las internaciones, lo hecho no alcanzó para aliviar al hospital firmatense.
Aunque la decisión de trasladar a otros nosocomios a los afiliados de Pami que ingresan al hospital ayudó, no resuelve el impacto que implica ser el único lugar de atención de urgencia donde pueden concurrir los abuelos luego del alejamiento de Sanatorio Firmat que ya dio por terminada la posibilidad de seguir negociando una revinculación contractual.
La recarga de trabajo sobre el sistema público, lejos de pasar inadvertida, sacude cada vez más al servicio de guardia del hospital local, donde además de atender urgencias debe responder con su equipo médico "a consultas de menor gravedad".
Sólo urgencias
Por tal razón, la directora médica de la institución, Mónica Cortassa, sugirió a "quienes no atraviesan una urgencia" a "evitar atenderse en la guardia y solicitar en mesa de entrada —por la mañana— un turno para recibir atención clínica" o, de lo contrario, "dirigirse a los centros de salud ubicados en los barrios".
"Una urgencia es una herida cortante, un dolor de pecho, un paciente que no puede respirar, un chiquito o un adulto que está convulsionando", explicó la profesional al tiempo que pidió paciencia a "las personas que no vienen con estos cuadros" porque "se prioriza a los pacientes con un mal estado general o que llegan en ambulancia por un traumatismo".
"Necesitamos —insistió— que la gente tenga un poco paciencia porque muchas veces asisten a la guardia con cuadros que no son urgentes", razón por la cual "es importante que el vecino comprenda que cuando el médico no lo atiende es porque está ocupado".
Y en esa línea aseguró que hubo casos donde "el médico estaba atendiendo una urgencia e igualmente el paciente reaccionó de manera violenta", para luego manifestar que "si trabajamos juntos podemos lograr una mejor atención para todos".
Conflicto
Tal cual lo publicó LaCapital el 2 de este mes, desde el primer día de junio entre 8 mil y 9 mil afiliados a Pami dejaron de atenderse en el sanatorio Firmat, que rechazó el nuevo sistema de contratación que propuso la obra social a todos los sanatorios de la provincia.
Ya en ese momento, las autoridades del hospital informaron que a raíz de esta situación comenzaría a atender, excepcionalmente, emergencias o urgencias sanitarias que afectaran a los afiliados a Pami.
"En esta tarea excepcional, la red de servicios públicos de salud de la región, con el Hospital de Firmat como espacio de referencia, se comenzó a trabajar en un dispositivo de emergencia para velar por la salud de los adultos mayores. Dicha labor será hasta tanto las autoridades nacionales de Pami determinen qué prestador atenderá" a los jubilados, comunicó entonces el efector público.
Para colmo de males, el conflicto en el sanatorio Abel Beroiz, de Venado Tuerto, donde los médicos dejaron de atender por retrasos en el pago de sus honorarios, agudizó la crisis prestacional en el sur de la provincia.
"Necesitamos que la
gente tenga paciencia, porque muchos asisten a la guardia con cuadros que no son urgentes"