San Lorenzo estaba preparada para conmemorar el 203º aniversario del Combate de San Martín y su Regimiento de Granaderos en el Campo de la Gloria. Esa que fuera su única batalla librada en territorio nacional y que significó el triunfo de los independentistas del Río de la Plata por sobre los realistas. Pero el clima jugó una mala pasada. Una no tan inesperada tormenta se dejó caer sobre esa ciudad poco antes de que los granaderos desplegaran su tradicional "carga", que ya había adelantado su horario a causa del inminente aguacero. La tradición se cumplió, pese a todo, y el toque del clarín abrió paso a los caballos, frente a un público de fieles sanlorencinos que desplegaron paraguas y no dejaron que la lluvia le ganara a la tradición. El resto de las actividades, incluso la visita del presidente, quedaron suspendidas. Los discursos del gobernador y el intendente se trasladaron a una escuela, adonde estuvieron acompañados por una banda marcial.