San Lorenzo.- "A veces digo que Paula está viva, pero otras pienso lo peor". La frase, tan dura como el momento que le toca vivir, pertenece a Alberto Perassi, el padre de Paula, la mujer de 34 años de esta ciudad, que hace dos meses salió de su casa por propia voluntad y jamás regresó. Un caso que se investiga pero que hasta el momento no ha arrojado ningún resultado.
Paula está casada y es madre de dos hijos varones de dos y seis años, y desde el momento mismo de su desaparición la vida de todo su entorno se transformó en un verdadero calvario.
Persassi volvió a dialogar con LaCapital, y siempre tratando de guardar la privacidad de su familia contó cómo se sienten y viven desde que Paula se fue de su casa. El hombre no dudó en decir: "Por momentos siento que Paula está viva y que va a volver, o que vamos a saber algo, pero a veces me gana el abatimiento y pienso lo peor -relató-. Mi esposa está destruida, ella es más pesimista que yo. Lo único que queremos a esta altura es salir de esta incertidumbre y que esto se defina de una buena vez".
Para los Perassi es "muy difícil tener que sostener esta situación" delante de los nietos (hijos de Paula). "Sobre todo del más grande, que empieza a preguntar", confiesa el abuelo. "Estamos en manos de profesionales, pero cuando nos preguntan por la madre, antes de contestarles tenemos que ir a otro lugar a llorar para que no nos vean y después hablar con ellos", cuenta.
Con respecto a la marcha de la investigación, el hombre recuerda que se hicieron allanamientos, que hubo un detenido que, según los peritos, "algo se guardó al declarar, y sin embargo la Justicia dispuso su libertar". Y agregó: "Al principio creí que no se estaban ocupando, pero hubo rastrillajes con perros, se buscó en el río y nada, a mi hija se la tragó la tierra".
Aquel domingo. El domingo 18 de septiembre, después de recibir una llamada desde una cabina pública cercana a su casa, Paula salió de su domicilio en la zona céntrica de San Lorenzo, con el pretexto de buscar la tarea para uno de sus hijos. Nunca regresó.
Al día siguiente, su esposo, Rodolfo Ortiz, radicó una denuncia, y desde allí comenzó una investigación que incluyó entrecruzamientos de llamadas, redes sociales, y hasta el testimonio de una médica de la ciudad de Rosario, quien confirmó un embarazo de seis semanas al momento de su desaparición.
En el marco de la investigación hubo una persona demorada, un empresario de la ciudad de Puerto San Martín, y hasta un allanamiento en la localidad bonaerense de General Rodríguez donde vive un amigo de este último pero no se pudo dar con Paula.
Sin bien la causa está orientada a la averiguación de paradero, dado que la mujer se fue por su propia voluntad, debido el tiempo transcurrido no se descartan otras hipótesis.
Historias cruzadas. Con el correr de la investigación se supo que Paula mantenía una relación con Gabriel E., de Puerto San Martín, y amigo de la familia de la mujer. Y la policía confirmó que cuatro días antes de su desaparición, desde el Sanatorio Británico de la ciudad de Rosario le confirmaron a la mujer un embarazo de seis semanas. Precisamente después de este hecho las pericias indican que las llamadas y mensajes entre el teléfono de Paula y Gabriel aumentaron en forma considerable.
Si bien se pudo establecer que minutos antes de salir de su casa Paula recibió un llamada de un locutorio cercano, cuando se requirieron las imágenes de las cámaras internas, éstas ya habían sido borradas. Otro dato sorprendente es un mensaje que llegó desde el celular de Paula al de Gabriel donde dice que está bien y que se marchó a la provincia de San Juan.
Con todos estos elementos se demoró a Gabriel E., pero después de algunas horas recuperó su libertad. En un principio trascendió que Gabriel habría intentado negar la relación que mantenía con la mujer, hecho que finalmente reconoció ante el juez.