Me decidí a escribir esta carta de lectores luego de la indignación que me provocó escuchar la conferencia de prensa que dieron funcionarios municipales luego del desastre ocurrido el domingo 9 por la noche, dando excusas y mintiendo descaradamente para cubrirse. A mí no me contaron las cosas, ya que habíamos decidido ir a cenar en familia a uno de los tantos restaurantes de avenida Pellegrini. Tengo hijos pequeños y no solamente tuvieron que ver mujeres semidesnudas caminando por plena avenida, sino que tuvieron que escuchar consignas y cánticos de una gran violencia e intolerancia hacia hombres, Iglesia, Estado y cualquiera que se les cruzara, y como corolario, al salir del comercio donde habíamos cenado, vieron paredes pintadas con barbaridades. Esto ocurrió debido a la ausencia absoluta del Estado. Como vivimos cerca de Pellegrini, fuimos caminando. Lo que vimos al acercarnos a esa importante arteria eran los embotellamientos en las calles perpendiculares. No había operativo de tránsito para desviar la circulación. Hubo autos y ómnibus con gente adentro que debieron esperar estancados más de una hora. A las calles las cortaban personas de la misma marcha, no la policía de tránsito. Por otro lado, no había ninguna autoridad acompañando la marcha. No había agentes de la GUM ni policías provinciales. Mientras la columna de personas iba caminando, mujeres con la cara cubierta, con aerosoles, y algunos hombres que las acompañaban (pocos) se dedicaban a "decorar" todos los frentes de propiedades a su paso. No era un acto aislado como quieren hacerlo ver, eso estaba organizado y era parte de la marcha. Todas las agrupaciones que iban marchando tenían su grupito de "artistas". Ni siquiera los que "protegían" la marcha (participantes de la misma que caminaban a ambos lados de la columna) hacían algo para evitarlo. Es más, sacaban fotos. La única presencia del Estado era una ambulancia del Sies y cuatro policías motorizados al final de la fila. Hubo personas retenidas ilegítimamente por el hecho de haber ido a misa a la iglesia Nuestra Señora del Carmen. Los pocos que intentaron salir sufrieron agresiones. Acá hubo zona liberada. Nuevamente el Estado fracasó. No quiero más excusas. Fue una muestra de incompetencia, desidia, incumplimiento de los deberes de funcionario público y ahora excusas impresentables. El Estado provincial y municipal sólo están presentes para recaudar a través de los aumentos de impuestos o a través de las multas que quieren hacer por las cámaras de seguridad, pero para proteger al ciudadano están siempre ausentes. Este evento le quedó grande a Rosario.