Luego de que el gobierno nacional reglamentara en diciembre pasado el debate obligatorio de candidatos presidenciales, la Legislatura santafesina se apresta a rediscutir una iniciativa que estipula lo propio para los postulantes a gobernador.
Por Javier Felcaro
Luego de que el gobierno nacional reglamentara en diciembre pasado el debate obligatorio de candidatos presidenciales, la Legislatura santafesina se apresta a rediscutir una iniciativa que estipula lo propio para los postulantes a gobernador.
En septiembre de 2015, la Cámara de Diputados provincial había aprobado —por unanimidad— un proyecto que establece el debate obligatorio entre los tres principales candidatos a gobernador que alumbren las primarias abiertas (Paso).
Sin embargo, la iniciativa perdió estado parlamentario en el Senado santafesino, razón por la cual su autor, el diputado provincial Leandro Busatto (Frente para la Victoria, FpV), confirmó a La Capital que volverá a presentarla en los próximos días.
La propuesta busca incorporarse como artículo a la ley Nº 13.461, que regula espacios de publicidad electoral en los medios de comunicación audiovisual.
Según la iniciativa, participarán del debate, a realizarse entre 15 y 20 días antes de la fecha de los comicios, los tres principales postulantes surgidos de las internas.
Por su parte, la Radio y Televisión Santafesina (RTS, sociedad del Estado) encarará su organización, al tiempo que la confrontación podrá ser retransmitida por los canales de aire y radios de la provincia.
Asimismo, prevé para los candidatos y partidos políticos que peguen el faltazo la no inclusión en la distribución de los espacios en radio y televisión que compra el Estado y otorga a los participantes de los comicios.
También perderán el derecho a recibir contribuciones, subsidios y cualquier otro recurso de financiamiento público o monto que les correspondiere para las campañas electorales por un plazo de uno a cuatro años.
Incluso, el proyecto estipula que "las emisoras de radiodifusión sonora, televisiva abierta o por suscripción no podrán emitir publicidad electoral" de la fuerza política castigada, con el riesgo de ser sancionadas con la exclusión en las siguientes citas en las urnas del listado de medios de comunicación audiovisual habilitados.
Objetivos
El 6 de junio de 2015, los candidatos a gobernador ofrecieron un debate cargado de propuestas pero con escasos cruces, al igual que lo ocurrido una semana antes con los aspirantes a intendente de Rosario.
Ahora, la premisa del proyecto a reingresar a Diputados es potenciar las iniciativas de gestión por sobre el creciente marketing político.
Busatto, en ese sentido, recordó que "la sociedad siempre pide a los partidos políticos que brinden la mayor información posible de cada candidato al momento de elegir autoridades".
Por eso, el legislador consideró al debate como "un espacio adecuado para la confrontación de propuestas y una práctica efectiva para consolidar el sistema democrático".
Al respecto, el diputado sostuvo que, "más allá de que suene imperativo obligar a los candidatos a confrontar, lo cierto es que la ausencia de propuestas viene caracterizando las últimas campañas proselitistas en la provincia".
Frente a eso, Busatto reafirmó que el debate tiene que ser una carga pública ya que, a su entender, "el político debe explicarles a los santafesinos qué es lo que pretende hacer en caso de acceder al poder, al tiempo que es interpelado por sus rivales".
Los candidatos a presidente no podrán dejar una silla vacía
La imagen de la silla vacía es cosa del pasado: en la Argentina ya rige la obligatoriedad de los debates preelectorales entre candidatos a presidente que hayan superado las primarias abiertas (Paso). Si bien el postulante puede rehusarse, la quita, a modo de sanción, de los espacios de publicidad audiovisual (a distribuir entre los demás aspirantes) hará que lo piense dos veces.
Según la iniciativa publicada en diciembre pasado en el Boletín Oficial, como autoridad de aplicación la Cámara Nacional Electoral (CNE) contará con el asesoramiento de organizaciones académicas y de la sociedad civil para fijar el reglamento, los moderadores y las temáticas de los debates.
La norma aprobada por el Congreso nacional estipula dos debates —uno en el interior del país—, a realizar entre los 20 y siete días anteriores a la fecha de la elección.
Asimismo, la ley contempla la realización de un debate adicional en caso del ballottage, que tendrá que concretarse diez días antes de la segunda vuelta electoral.
La transmisión de la confrontación de candidatos será a través de los medios públicos del país y, durante el debate, se suspenderá la publicidad electoral en los servicios de comunicación audiovisual y los anuncios públicos de los actos de gobierno.
Incluso, la normativa prevé que, en caso de que expresen su voluntad, los candidatos a vicepresidente también podrán protagonizar un debate.
La ley fija el objetivo de "dar a conocer y debatir ante el electorado las plataformas de los partidos, frentes o agrupaciones políticas" y, respecto de los alcances de la obligatoriedad, aclara que "comprende a todos los candidatos cuyas agrupaciones políticas superen el piso de votos establecido para las primarias".
A su vez, la Cámara Nacional Electoral convocará a quienes estén obligados a participar del debate en los cinco días hábiles posteriores a su proclamación como candidatos, una vez superadas las primarias, para determinar su voluntad de participación en el debate.
En caso de no adherir a la convocatoria, y además de la sanción publicitaria, el espacio físico que le hubiera sido asignado al postulante faltante permanecerá vacío junto al resto de los participantes para "denotar su ausencia".
En 2015, el entonces candidato presidencial del Frente para la Victoria (FpV), Daniel Scioli, faltó al primer intercambio. Aunque sí estuvo presente en el debate previo al ballottage.
Pero el hito lo marcó el justicialista Carlos Menem en 1989, cuando pegó el faltazo al debate con el radical Eduardo Angeloz. Si bien la UCR aprovechó la ausencia para arremeter con un spot de campaña (titulado "Hay una silla vacía"), la jugada no le alcanzó para eludir una derrota en las urnas.