La apertura financiera, la suba de la soja y la promesa de un Brasil con más inversiones, pintan un mejor panorama para Argentina. Volvió el viento de cola. Las provincias y municipios deben bajar impuestos.
La apertura financiera, la suba de la soja y la promesa de un Brasil con más inversiones, pintan un mejor panorama para Argentina. Volvió el viento de cola. Las provincias y municipios deben bajar impuestos.
Los mercados han mostrado mucha tolerancia al nuevo gobierno. A pesar de la fuerte suba de tarifas, la caída brutal del consumo, y un escenario muy complejo para las familias, con paritarias demoradas, el escenario económico luce optimista.
El gobierno trata de apoyarse en tres aspectos, la apertura financiara internacional, la suba en el precio de la soja, y la posibilidad de una recuperación económica de Brasil.
Financiamiento. En los primeros 100 días de gobierno, la liberación del cepo, y el pago del juicio en Nueva York, les abrió el camino a provincias y empresas a la búsqueda de financiamiento genuino.
Es así, como desde Buenos Aires y Mendoza, y próximamente Córdoba, Santa Fe y Salta, saldrán a buscar dólares al exterior, para aplicar a inversiones en infraestructura.
Empresas privadas como Irsa, YPF y muchas otras, colocaron exitosamente bonos corporativos.
El Banco Supervielle realizó una exitosa colocación de acciones, capturando $ 3.000 millones en el mercado, y cotiza en bolsa a $ 31,60 el papel. Próximamente saldría a bolsa la fábrica de alfajores Habana.
El gobierno nacional, en un corto período de tiempo consiguió u$s 5.000 millones a una tasa del 7,35% anual para incrementar las reservas del Banco Central; está renovando el programa de financiamiento chino que asciende a u$s 11.000 millones; consiguió u$s 16.500 millones para cancelar la deuda con los fondos buitres, y le quedo un remanente para enfrentar otros pagos que estaban atrasados.
Durante 2016, el gobierno estará refinanciando y tomando deuda por un valor de u$s 32.500 millones, si a esto le sumamos las colocaciones de las provincias y empresas privadas, la cifra se extiende a los u$s 45.000 millones, lo que equivale a un 10% del PBI.
De dicho total, solo se volcó a la actividad productiva u$s12.500 millones, el año próximo no habrá que cancelar deudas pendientes, y el nuevo financiamiento podría aplicarse a infraestructura, y dinamizar la economía del país.
Hace un año atrás, los bonos en dólares argentinos tenían una tasa de retorno cercana al 10% anual, hoy con suerte, y comprando un bono al 2033, se consigue una tasa de retorno del 7% anual, algo inimaginable hace un tiempo atrás. Las empresas ni pensaban en cotizar en bolsa, hoy existe una legión de empresas preparándose para abrir su capital.
En un corto período de tiempo, el gobierno capturó cerca de $300.000 millones en el mercado de Lebac, y cerca de u$s1.000 millones en el mercado de letras, en el mercado interno. En el pasado, no había apetito inversor para prestarle al Estado.
Mundo soja. El precio de la soja comenzó a crecer en precio, producto de la desgracia climática argentina, pero también porque el consumo sigue creciendo a escala mundial. La soja en Chicago cotiza cerca de los u$s 400 la tonelada. La posibilidad de mayores mermas en la cosecha argentina, el fin de los embarques de soja en Brasil por este año, y los vaivenes del clima en Estados Unidos, le pueden poner pimienta a este mercado.
Con la soja en suba, el Kirchnerismo se quedó 12 años en el poder. Si el precio de la soja vuelve a ubicarse por encima de u$s 400 la tonelada, con una economía ordenada, y un gobierno que no se enamore del dólar bajo y la apertura económica, la argentina en el año 2017 puede mostrar un crecimiento económico muy importante. No vale la pena tirar un número, el cambio de tendencia puede ser muy fuerte. El maíz también está subiendo, y el trigo acompaña. Podemos estar en un cambio de ciclo para las materias primas, que no sólo beneficie a argentina, sino a la región.
En tanto , el cambio de gobierno en Brasil es positivo para la Argentina. En los últimos 50 años, cada vez que Brasil creció, también lo hizo Argentina. Brasil tiene un PBI 5 veces más grande que el argentino, nosotros somos 42 millones de habitantes, ellos más de 200 millones de habitantes. Claramente, el cambio político en Brasil, puede mejorarle la imagen al país vecino, atraer inversiones, y esto generar algún efecto derrame sobre Argentina. No es casual el viraje en la orientación política y económica de ambos estados.
Conclusión. El país vuelve a tener viento de cola. Llega crédito, suben los productos que exportamos y al vecino le va mejor. Internamente, el gobierno está tomando medidas impositivas que son muy favorables, como pagar el IVA cada 90 días. Qué bueno sería que la provincia y el municipio se sumen al pago cada 90 días de ingresos brutos y Derecho de Registro e Inspección (Drei). Esto le daría mucho más aire al comercio, que no tiene calzado el pago de los impuestos, con el cobro de lo que vende. Hasta ahora, emitía las facturas, y pagaba el impuesto a los 30 días, y en el mejor de los casos, cobraba a 60 días. De esta forma, el contribuyente mejora su flujo de fondos, y tiene un alivio financiero.
Por otra parte, si la provincia y el municipio van a recibir más dinero en materia de coparticipación, y se pueden endeudar, que bueno sería bajar algunos tributos, como lo está haciendo lla Nación. Para pensarlo.
Otras medidas, como tomar el impuesto al cheque como pago a cuenta del impuesto a las Ganancias; suba del mínimo no imponible para el pago de bienes personales, y cambio de la escala de los monotributistas, están al salir, y son bienvenidas.
La bolsa argentina, hace desde 1991 que cotiza a un índice Merval por debajo de los u$s 1.000. Si el escenario se torna más positivo, llegan nuevas empresas a cotizar al mercado, baja el riesgo país, Brasil mejora y la soja sube, no hay que perder de vista la Bolsa, porque puede ser una oportunidad única, para invertir y ganar mucho dinero.