La gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, recibió nuevas "amenazas" y hasta le dejaron un "cartucho de escopeta" en la vivienda que ya no utiliza, por lo que el presidente Mauricio Macri expresó su fuerte respaldo y advirtió que "no nos van a parar". El repudio al hecho se hizo extensivo a dirigentes de todo el espectro político.
"Lo importante es que sabemos y tenemos la tranquilidad de lo que estamos haciendo y de qué es lo correcto, y seguramente que hacer lo correcto en la provincia pone incómodos a algunos sectores, pero es lo que votó la mayoría", enfatizó Vidal, y afirmó al canal estadounidense CNN que cumplir con esa demanda "tiene costos".
En respaldo a la mandataria, el presidente Macri escribió en su cuenta de Twitter: "Acompañamos a @mariuvidal en su tarea de sacar adelante la provincia de Buenos Aires" y alertó: "No nos van a parar".
Ayer el ministro de Justicia bonaerense, Gustavo Ferrari, reveló que la gobernadora recibió nuevas "amenazas" en las últimas horas y dijo que hasta le dejaron un "cartucho de escopeta" en la vivienda que ya no utiliza, lo que definió como un "evidente hecho intimidatorio".
Cuando radio La Red le pasó una grabación de una llamada realizada el domingo último al número 911 de la policía en la que se decía "mañana te explota la Gobernación de María Eugenia Vidal", el funcionario sostuvo: "Las amenazas recibidas fueron tres llamados telefónicos claros, en la misma línea del que acabamos de escuchar". Y agregó otro hecho "que no está en los medios: apareció un cartucho de escopeta sin percutar en el garaje de la vivienda de Vidal que ella ya no utiliza".
Ferrari vinculó estos episodios con "la decisión de la gobernadora de luchar contra la corrupción y contra las mafias" en general, y dijo que "no sólo" hay que relacionarlo con la reforma de "la policía", sino también con la del "sistema penitenciario, el de salud y el juego".
Según indicaron fuentes del gobierno bonaerense, Vidal le advirtió a su gabinete que "no" va a "negociar con ningún sector" y que "no va a modificar" su agenda por las amenazas recibidas. Desde el entorno de la gobernadora no descartaron la vinculación con estos hechos de parte de efectivos exonerados de las fuerzas de seguridad.
Identificado. El autor del llamado al 911 del domingo que alertaba que iba a "reventar el gobierno a Vidal" fue identificado ayer. Primero se comprobó que el llamado partió del pabellón de presos de buena conducta de la Unidad Nº9 de La Plata, y ayer la fiscal Leyla Aguilar, de la UFI Nº5, concurrió al penal con personal de Gendarmería y secuestró teléfonos que estaban en poder del autor de la amenaza, a quien la fiscal le tomará declaración en las próximas horas.
Por su parte, el vicegobernador bonaerense, Daniel Salvador, afirmó que las amenazas "provienen de sectores que pretenden impedir reformas en materia de seguridad".
A su vez, la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, aseguró que irán a "buscar" a los que realizan amenazas contra la gobernadora porque son "afrentas a la democracia".
Desde la UCR, el titular del comité bonaerense, el diputado Ricardo Alfonsín, manifestó su "más enérgico" repudio a las amenazas y convocó a todos los partidos políticos a "comprometerse" en el "apoyo a las políticas de seguridad", al tiempo que el senador provincial Sebastián Galmarini dijo que "cualquier ataque contra la democracia va a encontrar al Frente Renovador defendiendo las instituciones".
Un grupo de intendentes bonaerenses expresó su repudio al hecho, la de La Matanza, Verónica Magario; de Avellaneda, Jorge Ferraresi; de Esteban Echeverría, Fernando Gray, y de San Martín, Gabriel Katopodis. El diputado nacional Juan Cabandié (FpV) calificó al hecho de "barbaridad", y el dirigente del Movimiento Evita, Fernando Chino Navarro alentó a Vidal a "no retroceder e ir a fondo con políticas de Estado".
Más llamados a la Casa Rosada
La Casa Rosada recibió ayer una nueva amenaza de bomba, la tercera de agosto y la séptima desde la asunción de Mauricio Macri. Por tercera vez en dos semanas, la sede del Poder Ejecutivo fue foco de una advertencia telefónica, ante lo cual un grupo de efectivos de la Brigada Explosivos de la Policía Federal inspeccionó el edificio para descartar la presencia de un explosivo. En el momento de la amenaza se encontraban en la Casa Rosada el presidente y la vicepresidenta, Gabriela Michetti. El primer hecho conocido se registró el 7 de junio, cuando se produjeron tres llamados en escasos minutos con advertencia. La cantidad de estos episodios aumentó en los últimos 40 días.