Una de las grandes atracciones de esta final de la Davis fue la presencia de
Guillermo Vilas. Lo de atracción o sorpresa tiene que ver con que Willy nunca estuvo presente en
una serie de Copa desde que Mancini es capitán. De hecho, el propio Luli así lo dejó en claro en la
conferencia de prensa posterior al sorteo. Lo concreto es que el de ayer un fue un día más para
quien fuera el mentor del tenis en Argentina, quien recibió el premio a la Excelencia que otorga el
Salón de la Fama junto con la Federación Internacional de Tenis (ITF).
De traje negro y corbata al tono, con el sombrero que acostumbra a usar cada vez
que se muestra en un court, su humanidad recorrió el largo trayecto hacia la mesa de conferencias,
camino en el que fue parado en reiteradas oportunidades por aquellos que pretendían una foto o un
simple autógrafo.
"Es un premio muy viejo y la verdad que me emocioné mucho cuando me enteré que
me lo iban a dar", sentenció Vilas horas antes de ser galardonado sobre la carpeta del Malvinas,
donde también estuvieron el francés Pierre Darmon, el español Manuel Santana y el estadounidense
Neale Fraser.
Por supuesto, el reconocimiento es por su enorme trayectoria, pero también por
la importancia que tiene su persona en lo que a Copa Davis se refiere. Fue uno de los jugadores
argentinos que tuvo la chance de disputar una final, la de 1981 que se perdió 1-3 frente a Estados
Unidos en Cincinnati.
En los 14 años que jugó la Davis, Willy disputó nada menos que 81 cotejos, con
un récord de 57 victorias y 24 derrotas. Debutó de local ante Chile y su última actuación fue de
visitante con Alemania.
Claro que más allá de su merecido reconocimiento, había un tema mucho más
atrayente para charlar con Willy, y que tenía que ver con la definición de la final. Vale la
aclaración: todas las referencias que hizo al respecto las formuló previo al dobles. "Creo que
sigue todo igual y que Argentina tiene demasiadas chances de mezclar jugadores de cara a la
definición. Va a tener que usar los tres días a Nalbandian, pero a España le va a pasar lo mismo
con López".
Por esas horas, Vilas no descartaba la presencia de Del Potro.
Sus predicciones no pararon. Reconociendo la complejidad de la serie, auguró un
final feliz para el equipo argentino y después de unas cuantas opiniones al respecto dejó la carpa
para internarse una de las carpas vip. Por supuesto, en todo ese camino tuvo que parar una
enormidad de veces para intentar satisfacer los requerimientos de todos los que aún lo siguen
idolatrando.