Este fin de semana la F-1 corre en el Red Bull Racing, construido sobre el viejo Zelwetg. Un circuito de los veloces, pero no tanto como el nuevo trazado callejero de Bakú donde se corrió hace dos semanas por primera vez y en el que se produjeron dos récord y los dos de un Williams. En la carrera del domingo, al brasileño Felipe Massa le cambiaron las 4 cubiertas en apenas 1,92 segundo, superando por 3 milésimas el del equipo Red Bull con Max Webber en 2013, en Austin. Y el día anterior, en la clasificación, el finlandés Valtteri Bottas registró nada menos que 378 kilómetros por hora de velocidad final sobre la larga recta del circuito de Azerbaiyán. Tremendo. La evolución de la máxima categoría no se detiene, aunque no es la más veloz del mundo y de hecho en la historia también albergó a pilotos lentísimos (ver aparte).
En Monza 2005, a bordo de un McLaren con motor Mercedes, el colombiano Juan Pablo Montoya establecía los 372,6 kph durante los entrenamientos y el sábado, en la recta de 2.200 metros del urbano de Bakú, que sirvió de excusa para el Gran Premio de Europa, Bottas llegó a toda velocidad a la curva 1 en los escapes del Toro Rosso de Max Verstappen para entrar en la historia, hasta que otro piloto lo bata. También fue con un motor Mercedes pero en este caso un turbo, lo que también marcó un hito.
En los albores de la F-1, los autos que supo conducir Juan Manuel Fangio orillaban los 300 kph. De hecho, la Flecha de Plata que condujo el Chueco al título llegaba como máximo a 290. Y a la par se fueron desarrollando autos en serie más veloces, superdeportivos como el McLaren F1, el Bugatti Veyron o el SSC Ultimate Aero TT, que varios años más adelante superaron la barrera de los 400 kph. Y también se construyeron autos únicos para batir marcas mundiales por caminos lineales, la última de las cuales es de 1.228 kph, con el Thrust SSC y el inglés Andy Green al mando en 1997. Casi, rompió la velocidad del sonido en tierra.
Por supuesto, si bien la Fórmula 1 es la élite de la élite del automovilismo mundial, no es la categoría que desarrolla más velocidad. De hecho el mismo Montoya, que tenía la marca anterior a la de Bottas, hizo 389,784 kph ¡de promedio! en la entonces Cart estadounidense en 2000, claro que corriendo en un óvalo (Fontana, California) a velocidad casi constante. El mismo colombiano tiene el récord de promedio a un giro en la máxima categoría, cuando en los entrenamientos para el GP de Italia en Monza redondeaba 262,242 kph.
Pero claro, la seguridad en la F-1 también cuenta y por eso se han acotado muchos desarrollos que seguramente hubieran extendido los límites de la velocidad de los autos. Basta recordar en los 80, cuando Carlos Reutemann se retiraba porque, entre otras razones, veía que no podía pelear mano a mano con los turbo contando con un motor atmosférico, la revolución de esos impulsores enloquecía a la FIA que no veía forma de pararlos. La prohibición posterior abortó ese proceso, como muchas otras limitaciones técnicas que se fueron implementando para reducir el denominado efecto-suelo. Pero, así y todo, Bottas llegó a los 378 kph en Azerbaiyán.
El récord en el MotoGP lo tiene el bicampeón español Marc Márquez, que en 2015 estableció una velocidad máxima de 350,5 kph en Losail, Qatar. Mientras que el pasado 26 de marzo, el italiano Ivan Origone batía el récord del mundo de esquí de velocidad descendiendo en la ladera de Vars (Francia) a 254,95 km/h. Bottas erizó la piel con una marca que quedó para ser batida.
El más lento de la historia
Así como la historia de la Fórmula 1 está escrita con los pilotos más veloces, otros quedaron en el recuerdo por ser los más lentos. Y el halago del "más tortuga" se lo llevó el anglo canadiense Víctor "Al" Pease, quien en el Gran Premio de su país de 1969, en el viejo Mosport, corrió a una velocidad promedio de ¡69,4 kph!.
Además, es el único piloto de la F-1 al que se le sacó bandera negra por ser demasiado lento. Pease, que en su debut en Canadá en el 67 terminó a 43 vueltas del ganador, después de innumerables problemas pero sin abandonar (oficialmente su posición no fue considerada), y que en 1968 no pudo largar después de clasificar a 16 segundos del poleman, tendría su revancha en el 69.
Clasificó 17º de 20 autos con un Eagle vetusto, pero a 11 segundos del poleman Jack Ickx, y en carrera anduvo tan lento como pudo. No sólo lo pasaron varias veces, sino que provocó el despiste de Silvio Moser, golpeó a Jean-Pierre Beltoise y cuando taponó al Tyrrell de Jackie Stewart, su patrón Ken Tryrrell protestó enérgicamente y los comisarios deportivos le dieron la razón, excluyéndolo en el giro 22.
Pease se transformó así en el único piloto de la historia de la F-1 en recibir la bandera negra por lento.