Una mujer que reside en Andino brega por recuperar a tres de sus seis hijos que fueron separados tras convivir casi dos años en el Hogar de Bigand La Casa del Sol Naciente, que dejó de funcionar a fin del año pasado.
Por Gustavo Orellano
Una mujer que reside en Andino brega por recuperar a tres de sus seis hijos que fueron separados tras convivir casi dos años en el Hogar de Bigand La Casa del Sol Naciente, que dejó de funcionar a fin del año pasado.
Si bien la madre admite haber dado su consentimiento para que la Justicia le restituyera a tres de los pequeños y defina la situación de sus hermanitos más chiquitos aseguró "desconocer" que ello podría implicar que terminasen en estado de adopción como finalmente sucedió.
La medida dispuesta por el Juzgado de Familia de Casilda, a cargo de Luz Mariela Alvarez, no está firme al ser apelada por la progenitora de las criaturas que además solicitó, aún sin éxito, poder tener contacto, hasta tanto se resuelva la cuestión de fondo, con sus hijos no convivientes de los cuales Enzo, de siete años, quien padece una discapacidad, ya está con una familia de San Lorenzo en guarda preadoptiva, mientras que Salomé (4) y Maira (6) se encuentran en un hogar de Villa Gobernador Gálvez.
"Los chicos extrañan y están tristes", aseguró a LaCapital, Yolanda Rebeca Córdoba, para describir el impacto emocional que causó en sus hijos haber sido separados.
Núcleo familiar. En esa línea aseguró que "luchará" hasta lograr la revinculación del núcleo familiar y pidió "compasión" a la Justicia para satisfacer el reclamo que lleva adelante junto a su actual pareja, Abel Eduardo Orbe, con quien convive junto a sus hijos ya restituidos Jorge (13), Débora (11) y Benjamín (9), además de ser el padre biológico de las chiquitas que permanecen en el hogarcito villagalvense.
Yolanda y sus hijos restituidos vieron a sus hermanitas por última vez el pasado 3 de abril para el cumpleaños de Salomé.
Visita. "Aunque no teníamos permiso de visita, igual nos dejaron entrar y al vernos se pusieron muy felices, pero antes de volver y preguntarles cómo se sentían, miraron a la niñera con cara extraña y, entonces, entré a sospechar que podrían estar siendo maltratadas, más todavía porque pedían que no las dejemos solas y cuando nos fuimos se pusieron a llorar y querían venir con nosotros".
La experiencia fue aún más "dura" a la semana siguiendo cuando regresaron al lugar y tras impedirle el ingreso "los chicos escucharon un golpe como si fuera una cachetada y luego yo sentí gritar a las nenas, por lo que ya no tuvimos dudas que la estaban pasando mal y fuimos a la comisaría para denunciar la situación (de violencia)", comentó la mujer.
Asimismo dijo sentir "indignación e impotencia" al verse privada de restablecer los vínculos e insistió con que es "apta" para cuidar y hacerse cargo de todos sus hijos junto a su concubino que es camionero y con quien prevé casarse.
Córdoba, quien vende pan casero y tortas asadas, fue alejada de sus hijos en 2003 tras ser denunciada por vecinos de haber "golpeado" a uno de los chicos cuando vivían en Rosario donde llegó desde su provincia natal de Chaco para luego radicarse en Andino.
Tras ello los pequeños fueron alojados en el Hogar La Casa del Sol Naciente de Bigand, donde recibieron contención hasta que el establecimiento cerró sus puertas en diciembre de 2015 tras ser intervenido por la Dirección Provincial de Niñez, Adolescencia y Familia.
Poco tiempo antes, Yolanda había rubricado su consentimiento en el marco de una audiencia realizada en Casilda para lograr la restitución de tres de sus hijos y posibilitar definir la situación de los más chiquitos, aunque asegura haber aceptado porque "me prometieron que si hacia bien las cosas me darían también al resto de los chicos, pero al poco tiempo me entero que se dispuso la adopción cuando yo nunca avale eso ni imagine que podía ocurrir ya que desde el primer momento quise que todos vuelvan a vivir conmigo".
La cuestionada decisión judicial se basa fundamentalmente en una serie de informes de Niñez sobre el comportamiento de la madre a la cual le achaca, entre otras cuestiones, falta de contacto con sus hijos mientras estuvieron en el hogarcito de Bigand.
Sin embargo, tanto la mujer como bigandenses que estuvieron vinculados a ese ámbito y también fueron consultados por este diario manifestaron lo contrario. Y el abogado patrocinante de Córdoba y su pareja, Lucas Wojtasik, dijo hacer acreditado documentación al respecto para intentar que la Cámara de Apelaciones de Rosario revoque la medida al tiempo que prevé solicitar que se disponga una cámara Gesell para que los chicos expresen su voluntad.
Pedido urgente. El letrado además pidió, por otra parte, a la jueza casildense que resuelva con "urgencia" un pedido para que los padres puedan tener contacto con los menores no convivientes al no obtener respuesta por parte de Niñez en tal sentido.
"Los visitaba una vez por semana o cada 15 días e incluso tengo fotos y videos que lo demuestran", puntualizó Yolanda para luego admitir la sensación de que Niñez se ensañó contra ella. "No entiendo porque esta actitud; asumo el error de haber golpeado a uno de mis hijos —por cuyo acción nunca fue condenada— e incluso sigo con tratamiento psicológico, pero ya estoy en condiciones de cuidar de todos mis hijos y darles junto a mi pareja el amor y la contención que se merecen para que no sigan sufriendo al estar separados a través de este decisión injusta. Además, si yo no me encontraría apta para criarlos, no me hubiesen entregado a tres de mis chicos".
Compasión. "Le pido a la jueza que tenga compasión y le mire la carita de sufrimiento y falta de cariño que tienen las nenas que están en el hogarcito y ya ni siquiera me la dejan ver" y recordó que "los chicos también extrañan mucho a Enzo", quien dejó el hogar bigandense un tiempo antes que el resto de sus hermanitos para ser entregado bajo guarda preadoptiva a una familia sanlorensina.
"En principio aspiramos que no se los siga privando a los padres tener contacto con los hijos no convivientes hasta que la Cámara resuelva la cuestión de fondo", explicó Wojtasik y consideró que "la medida debiera ser revocada porque es perjudicial para los menores y no vela por la integridad del grupo familiar".