Treinta y cinco jóvenes y adultos no oyentes lograron terminar su secundario gracias a un proyecto de integración que desde 2006 se desarrolla en la Escuela de Enseñanza Media para Adultos (Eempa) Nº 1.147. La iniciativa es de la profesora Sandra Amorelli, intérprete de lengua de señas argentinas (LSA), que sumó a directivos y profesores de esa escuela para llevar adelante la idea. Desde el inicio se valieron del aporte de la Dirección de Inclusión de la Municipalidad de Rosario para aplicarla. Este año, el Ministerio de Educación de Santa Fe les otorgó las horas de intérpretes por las que tanto pelearon y bautizó la propuesta con el nombre de "Señal de futuro", además de asumir el compromiso de hacerla extensiva a los distintos nodos de la provincia. "Cuando llegan a la Eempa y se dan cuenta de que pueden estudiar, que tienen esta oportunidad, es maravilloso", destaca Amorelli.
En 2006, la profesora Amorelli llegó a la Eempa 1.147 con una propuesta: darles oportunidad de estudio a los que hasta entonces eran excluidos del secundario por ser personas no oyentes. La escuela atendió el pedido y dio la apertura necesaria —repasa— para incluir en las aulas. Para eso fue clave el aporte que desde el vamos les dio la Dirección de Inclusión de la Municipalidad de Rosario, facilitando las intérpretes en LSA. Un trabajo clave, ya que son las que hacen de mediadoras entre el profesor de cada disciplina, los contenidos a enseñar y los alumnos que requieren de este apoyo para aprender. Mientras esto ocurría y crecía como iniciativa, nunca dejaron de reclamar al Ministerio de Educación santafesino para que reconozcan oficialmente este proyecto. La respuesta, hasta este año, siempre fue negativa.
Los cargos. "Conseguimos tres cargos de intérpretes con 10 horas cátedra para cada una. Son horas a término (se renuevan año a año), a las que ingresamos por escalafón", cuenta Amorelli, quien ocupa uno de sus cargos junto a Silvina Radinak y Emilce Pajón. Considera que para que el ministerio tomara esta decisión fue importante que la provincia adhiriera a la ley de LSA, que reconoce a esta lengua como la natural de los sordos e indica la obligación de que haya intérpretes de esta comunicación en los lugares públicos.
Explica que el desafío por el que van ahora es por "la especilización en las diferentes áreas" para poder enseñar mejor cada disciplina. Además porque, como precisa, "los alumnos sordos e hipoacúsicos tienen serias dificultades en materia de lectoescritura". Este año cursaron (y pasaron al ciclo 2014) 13 alumnos con esta necesidad educativa especial en la Eempa rosarina. No sólo son de Rosario, también han llegado a esta escuela estudiantes de Pujato, San Lorenzo, Villa Gobernador Gálvez y Capitán Bermúdez.
Amorelli dice que uno de sus "mayores orgullos es que todos estos años hubo un alumno sordo o hipoacúsico entre los abanderados y escoltas". Recuerda que ya se han graduado, desde que se inició el proyecto, 35 estudiantes. "Hay que tener presente que muchos se anotan, cursan pero por distintas razones abandonan. Son las mismas que corren para cualquier estudiante, como por ejemplo, por quedar embarazadas", señala.
Comparte un deseo: que este proyecto se extienda a todas las escuelas, inclusive cada vez más al nivel superior, para que más jóvenes no oyentes tengan la posibilidad de aprender lo que les gusta. De hecho valoró que en el Instituto Superior de Educación Técnica (Iset) Nº 18 se haya incorporado una intérprete para la carrera de fotografía.
Amorelli recuerda que son muchos los potenciales alumnos para las Eempas, porque cuando terminan la primaria y si bien el secundario es obligatorio, a las personas no oyentes se les hace difícil seguir sin los apoyos necesarios. Peor para que nadie se quede sin terminar la escolaridad obligatoria, salen a "buscar a quienes saben tienen 18 años y bien podrían seguir en una Eempa".
"Ponen mucho esfuerzo para aprender, nosotros —las intérpretes— les damos clases de apoyo cuando tienen una prueba, por ejemplo. Hay destacar el valor humano de las instituciones para colaborar por una mejor educación", afirma.
"Señal de futuro". En septiembre pasado, y en el marco de la conmemoración del Día Nacional de las Personas Sordas Argentinas (el 19), el Ministerio de Educación presentó el programa "Señal de futuro", para alumnos sordos e hipoacúsicos en las Eempas. Según explicaron, tiene como meta "garantizar la educación en el nivel primario y secundario de las personas con discapacidad auditiva, a través del acompañamiento pedagógico y asesoramiento". Así, se incorporan docentes capacitados en LSA para que junto al profesor de las distintas materias desarrollen los contenidos curriculares.
"Esta iniciativa, que toma la experiencia llevada adelante por la Eempa Nº 1.147 en Rosario, se extenderá a los otros cuatro nodos: Santa Fe, Rafaela, Reconquista y Venado Tuerto", anunciaron en esa oportunidad desde el ministerio. "Hay una historia muy rica de la institución en cuanto a generar inclusión educativa de personas sordas e hipoacúsicas, una experiencia que incorpora intérpretes para que todos se sientan incluidos, y puedan desarrollar el nivel secundario que es tan valioso", había reconocido la ministra Claudia Balagué sobre el proyecto impulsado por Sandra Amorelli.
Actualmente hay horas cátedra para LSA en las localidades de Tostado, Esperanza, Rosario y Santo Tomé. El programa oficial se elaboró contemplando los principios generales de protección a personas con discapacidad y de acceso a la educación, como la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad y su Protocolo Facultativo, la ley educación nacional, la provincial de discapacidad; y específicamente la ley que reconoce a la LSA como el idioma hablado por la comunidad sorda e hipoacúsica.