Unos mil vecinos de Rosario marcharon anoche desde Dorrego y Amenábar, donde el lunes mataron a Nahuel Ciarrocca, hasta la sede local de gobernación, en Santa Fe y Dorrego. Fueron 25 cuadras en las que poco se habló y mucho se reclamó: "justicia", "seguridad" y "que los políticos trabajen". Al llegar a la puerta de la seccional 5ª, un grupo ingresó y se dedicó a romper vidrios y escritorios mientras le gritaban "corruptos" a los policías mientras lloraban de bronca. Otros lograron convencerlos de que esa no era la forma de reclamar y siguieron caminando. Al llegar a la sede de la gobernación un familiar ligado a la organización "Víctimas de la inseguridad" fue aplaudido cuando dijo: "Los políticos están bien cuidados y a nosotros nos matan a los hijos. Trabajen legisladores y no cobren sueldos fenomenales mientras se ríen de nosotros". Minutos después, los padres de Nahuel y otros vecinos fueron atendidos por el ministro de Seguridad, Maximiliano Pullaro.