“I've been so many places in my life and time
I've sung a lot of songs I've made some bad rhyme
I've acted out my love in stages
With ten thousand people watching
But we're alone now and I'm singing this song for you”
Karen Carpenter canta en la tarde de 1972. Yo estoy sentado en un sillón de cuerina blanca y
negra, diseño de la época, ángulos rectos, filos peligrosos, no vaya usted a intentarlo allí. Pero
tengo nueve años y aún soy inocente. No pienso en el sexo y justamente por eso estoy enamorado de
Karen. Que canta en la diáfana tarde otoñal de 1972 una canción de Leon Russell, una maravilla
olvidada que se llama A Song For You.
Y es "for you". Claro que es "for you". Es para la "you" que vendrá, la imaginada, la tan
amada ya y aún no vista y mucho menos acariciada o besada. Es la "you" que marcará para siempre el
corazón, celeste y más celeste sobre el rojo puro.
Afuera está Arroyito. El bulevar Avellaneda, que antes tuvo plátanos y altas palmeras
misteriosas, se ha vuelto un territorio gobernado por los autos. Los autos andan sobre lo que antes
eran canteros donde mi madre y mi padre me llevaban a jugar con una pelota a rayas y un caballito
rojo. Pero los autos no juegan: pasan rápido y se van. Como la vida.
“I know your image of me is what I hope to be
I've treated you unkindly but darlin' can't you see
There's no one more important to me
Darlin' can't you please see through me
Cause we're alone now and I'm singing this song for you”
Al disco lo compré en Broadway. Ustedes dirán nostalgia fácil, claro. Pero les garantizo que
no es fácil. Créanme. Me cuesta mis buenos lagrimones sobre el whisky aguado, en esta madrugada de
junio donde nadie llama.
Lo compré en Broadway, San Martín entre Rioja y Córdoba, y aún lo tengo. Y como también tengo
una bandeja giradiscos del 87 y un amplificador del 83, puedo escucharlo. Lo escucho. Y lloro.
Porque a ese disco lo escuchaba a los nueve años, y ahora tengo cuarenta y seis.
“You taught me precious secrets of the truth witholding nothing
You came out in front and I was hiding
But now I'm so much better and if my words don't come together
Listen to the melody cause my love is in there hiding”
El tiempo pasa, sí, pero se queda. Esta noche he vuelto a verme como era en esos años, he
vuelto a verme yendo al centro en el 1 (actual 110), bajando quién sabe en qué esquina y entrando a
las disquerías a mirar y tocar y comprar si era posible con las monedas que ahorraba en la semana.
He vuelto a verme con el disco bajo la axila izquierda envuelto en una bolsa amarilla subiendo otra
vez al 1 para volver a casa. Y me veo en la tarde desolada frente al combinado Phillips de madera
negra, llevando la púa con la mano al surco uno del lado uno. Y me veo escuchando a Karen
Carpenter, solo en la tarde de Arroyito.
“I love you in a place where there's no space or time
I love you for in my life you are a friend of mine
And when my life is over
Remember when we were together
We were alone and I was singing this song for you”
Todo se ha ido yendo. Mucha lluvia ha pasado bajo los puentes del corazón. Y sin embargo, aún
creo en esta canción. Aún lloro en la noche cuando la voz de la muerta Karen Carpenter (anorexia,
1983) me dice al oído las palabras que una vez quise decirte y nunca me dejaste decir. Te las digo
ahora.
Amor mío, esta canción es para vos.