Saül Elvert es profesor haitiano, hermano de la Congregación de La Salle. Llegó a Rosario con
una misión: invitar a sumarse a la campaña para crear un centro educativo en su país, pensado para
los niños y la formación docente. Razones no faltan para tal pedido: el 90 % de las escuelas de
Puerto Príncipe quedó bajo los escombros, luego del trágico terremoto que sacudió a Haití el 12 de
enero pasado. En la catástrofe murieron además 800 maestros, en un país donde la Unesco ya había
advertido que hacían falta unos 1.400 docentes graduados al año para sacar a la nación del
analfabetismo.
A poco de cumplir sus 32 años, el joven educador lasallano mantiene una sonrisa permanente todo
el tiempo. Dice que esa alegría la consigue de “la fe” que necesita para seguir
adelante y pensar que es posible brindarles a los niños haitianos un mejor provenir. Antes de pasar
por Rosario —el martes último—, visitó Córdoba, Santa Fe y Paraná. El destino siguiente
era Buenos Aires. “El objetivo de mi viaje es buscar ayuda para abrir un centro de formación,
donde haya una escuela primaria, una de formación de maestros y un internado para los
huérfanos”, cuenta Saül.
Dice que el proyecto también suma un centro de salud y que en principio se piensa en recibir a
unos 200 huérfanos sólo en el internado. Para esto ya está trabajando un grupo de arquitectos
mexicanos, especialistas en edificios antisísmicos.
Clases en espacios públicos
Por si hiciera falta remarcarlo, el profesor recuerda que “la situación educativa es muy
mala”. La falta de maestros es grave, “800 desaparecieron en la tragedia”. No es
mejor la situación de los edificios escolares, que se derrumbaron en un 90 %, “muchos con
niños adentro, mientras aprendían”.
“Ahora las clases comenzaron nuevamente, se dictan en grandes carpas o en espacios
públicos”, describe. Lo mismo les había relatado un rato antes a cientos de chicos del
Colegio La Salle de Rosario, que “se quedaron conmovidos y con un respetuoso silencio
siguieron cada palabra”.
Saül trabaja actualmente en la formación de quienes quieren ser hermanos lasallanos, también en
la preparación de jóvenes dispuestos a trabajar en la enseñanza primaria. Estudió ciencias
sagradas, matemática e informática en la Universidad de Guatemala, donde también aprendió el
español.
Llega con otra invitación: hacer conocer que en Haití también hacen falta maestros
latinoamericanos que quieran transmitir su experiencia docente y formar a otros. Aunque la
estrategia para sumarse a este pedido requiere de la colaboración de otras organizaciones.
Cómo ayudar
Los detalles de cómo sumarse a la campaña los da el hermano Telmo Meirone, presidente e la
Fundación La Salle en la Argentina. “Todos los años hacemos una colecta, éste pensamos que el
destino del dinero recaudado debía ser para Haití”, explica para dejar en claro que se trata
de una iniciativa nacional tomada desde la congregación. “Muchas veces las personas quieren
solidarizarse y no saben cómo, pensamos que esta es una oportunidad”, agrega.
Las colaboraciones se reciben a través de la página web de la fundación
www.fls.org.ar o bien se puede consultar en la sede del La
Salle en Rosario (Mendoza al 444). Hay tiempo hasta el 20 de mayo próximo.
Meirone recuerda que otras organizaciones se han sumado a esta campaña, aportando su ayuda para
el mismo destino. También en la posible provisión de docentes que puedan trabajar en Haití.
“Una congregación de monjas ya prometió enviar tres hermanas que hablan francés para ayudar
en este trabajo”, cita como ejemplo y recuerda que desde La Salle también han viajado algunos
docentes a colaborar. Hay que saber que el idioma de Haití es el creole (criollo), una mezcla de
francés y lenguas africanas.
Al final Meirone sugiere junto al educador haitiano que “los maestros santafesinos también
pueden colaborar desde sus mismas aulas, difundiendo la campaña y contando a sus alumnos qué pasa
en Haití”.