Una gresca dentro de un bar que tiene a maltraer a los vecinos de Balcarce y Brown permitió detectar a un taxista en avanzado grado de ebriedad. Es más, al ser sometido a un test de alcoholemia el resultado le dio 2,17 gramos de alcohol en sangre, cuando por ser prestador de un servicio público el límite de tolerancia es cero. El hombre protagonizó un escándalo con los agentes de la GUM que, además, le remitieron su vehículo al corralón porque estaba estacionado en un lugar prohibido.
Todo se desató ayer, cerca de las 7.30, cuando en un minimarket ubicado por Balcarce el taxista se trenzó en una pelea con otro parroquiano. Eso motivó que los vecinos alertaran a la GUM, que al llegar se encontraron con que personal policial se llevaba detenido a uno de los dos protagonistas de la pelea.
En ese instantes los agentes municipales se percataron de que había un taxi mal estacionado y comenzaron a labrarle la infracción. Fue allí donde entró en acción el taxista, que tras pelearse con el hombre al que se habían llevado detenido fue a discutir con los agentes que le labraban la infracción.
El aliento etílico que emanaba le dio la pista a los inspectores de que el hombre estaba ebrio, por lo que lo sometieron a un test de alcoholemia que arrojó 2,17 gramos de alcohol en sangre. Para llegar a ese nivel de alcohol es necesario tomar al menos unos seis vasos de whisky, o algo más del triple si la bebida es cerveza.
Lo que siguió después fue desopilante. La discusión del taxista con los inspectores fue captada en vivo por las radios que cubrían el procedimiento. El taxista respondió así algunas preguntas y ya por el modo de hablar se apreciaba que estaba borracho.
"Me mamé después"
El chofer del taxi RA 1461, quien dijo llamarse Gerardo Giordano, intentó contar cómo se había producido el incidente. "Yo no estaba sobre la unidad. Está bien, estaba mal estacionado, pero presenté todos los papeles. Yo al taxi lo manejo solo. No estaba arriba. Yo llegué con el auto estacionado, fresco, después me mamé", dijo el hombre.
Cuando los periodistas que cubrían el procedimiento le preguntaron cómo pensaba irse del lugar en ese estado, dijo que pensaba irse en taxi o en colectivo. "Yo soy el titular del taxi, terminé el turno a las 10 de la noche, ponele. Después fui de unos amigos, fui a comer una picada, después me fui a Carcarañá y después vine para acá. Ahora voy a ver qué hago porque los papeles estaban en regla", señaló.
El hombre se quejó del escándalo que se había provocado. "Por estar mal estacionado no creo que haya tanto quilombo. Pero yo no estaba manejando, si no, ¿cómo lo estacioné tan bien? Yo había terminado de laburar", aseguró.
Una de las inspectoras de la Secretaría de Control de la Municipalidad que intervino en el operativo indicó que "se le hizo la prueba de alcoholemia (al taxista) dando positivo, se labraron las actas correspondientes y se va a remitir el vehículo al corralón. El hombre no estaba manejando pero estaba estacionado sobre cordón amarillo. Al intervenir la inspectora, porque la falta es causal del remisión, aparece esta persona en aparente estado de ebriedad y allí se solicita apoyo".
Bar conflictivo
Los agentes de la GUM habían llegado hasta el lugar alertados por los vecinos y en medio de disturbios que se generaban en un bar que los tiene a maltraer desde hace un tiempo.
Es más, el subsecretario de Control de la Municipalidad, Guillermo Turrín, confirmó que el conflictivo local cuenta con habilitación, y producto de las inspecciones realizadas estuvo clausurado desde el 4 al 29 de diciembre.
El funcionario del área de Control y Convivencia precisó además que, en relación al taxista, se remitió el vehículo y los antecedentes del mismo a la Secretaría de Movilidad del municipio, que será el organismo donde, tras evaluar detenidamente el caso, impondrá la sanción que estime conveniente.