Un perro arrastrando entre sus dientes el cadáver de un bebé es un espectáculo tan extraordinario como pavoroso. Y no sólo sobrecogió a quienes fueron testigos directos del horroroso cuadro, sino a todo al populoso barrio San Lorenzo, en el suroete de la capital provincial, castigado por la pobreza, las privaciones, la inseguridad y tragedias de índoles diversas. Primero se pensó que era un muñeco, después se pensó en un feto. Pero era una bebé con pocos días de nacida, y no se descarta que su muerte termine siendo el epílogo de algún drama social de largo aliento: los investigadores estarían tratando de desentrañar si el hecho tiene alguna relación con una joven de 19 años, domiciliada en el mismo barrio, que el martes a la mañana ingresó al hospital Cullen con un cuadro de aborto incompleto.
La noticia, cargada de la morbosidad que tienen las crónicas policiales más truculentas, ganó rápido espacio en los medios, incluso fuera la provincia. "Investigamos una muerte. Según nos dicen los médicos la beba habría nacido hace algunos días. Hay que determinar por qué y cómo murió, quien es su progenitora y quién se deshizo del cadáver al parecer tirándolo en el basurero a cielo abierto que queda una cuadra de la cada del dueño del perro", dijeron ayer a este diario fuentes de la investigación que, simultáneamente, se negaron a confirmar que estuvieran investigando a alguien en particular.
Escollo. La vida barrial suele tener como característica sobresaliente —suelen afirmar los cronistas avezados— que hay pocas cosas que no trasciendan y un embarazo no es una de ellas. De modo tal que si la madre de la beba muerta es el barrio, no pocos habrían conocido su estado de gravidez, aunque también en estos barrios suele ser la gente reacia a hablar —más a colaborar— con la policía con la que suele tener una relación de tensión constante en la que la razón puede estar de uno u otro lado, según de lo que se trate.
Esto último, un escollo que los pesquisas no desconocen, los lleva a no descartar que el hogar de la niña muerta pudiera quedar más alejado del basural donde se estima —dado que los perros, entre ellos el protagonista de la noticia— suelen husmear escarbando por comida. Esta hipótesis lleva considerar la posibilidad de que alguien, ajeno a una madre que hubiere tenido un parto casero o estuviere pasando por un trauma postparto, se hubiere deshecho del cuerpo.
Existe también otra incógnita a develar: la causa de deceso. Si la muerte se produjo por causas naturales se investiga una muerte y, en todo caso, la actitud de los allegados a la bebé muerta con su cadáver. Si por el contrario, murió de manera traumática se estaría frente a un crimen ante el cual hay que encontrar al homicida. Luego se analizarán agravantes y atenuantes.
El hallazgo. Poco más de 6 grados de temperatura que se registraban ayer antes de las 8 cuando el sol recién asomaba pero aún no calentaba y la bruma nocturna de levantaba junto al frío, cuando Jorge, un vecino que vive en Hermanos Madeo al 1300, abrió el portón como todos los días para que perro saliera. Al rato al buscarlo se encontró en la puerta con lo que creyó era un muñeco. Al regresar para reingresar a su casa con su mascota, el hombre se topó con una vecina horrorizada: al acercarse al "muñeco" descubrió que era el cadáver desnudo de una bebé.
El comisario Adrián Rodríguez, jefe de la Unidad Regional I, relató que "a las 7.40 se recibió un llamado al 911 de parte de un vecino dando cuenta de que un perro había traído en su boca un bebé al que dejó sobre una vereda, en Hermanos Madeo al 1300. El perro es raza labrador y que la criatura ya estaba sin vida. Nos constituimos en el lugar y a simple vista se puede deducir que la criatura tendría entre 3 a 7 días de vida. Es de sexo femenino y estaba completamente desnuda. De inmediato se iniciaron las acciones para tratar de dar con la progenitora de esta criatura que fue abandonada".