Con una agenda cargada de temas y personalidades destacadas del agro, la jornada de expertos que convocó Magan, no dio descanso. Desde temprano referentes, ensayistas, investigadores y técnicos de todo el país se ocuparon especialmente del tema de las malezas resistentes y el intercambio fue la regla.
Martín Marzetti, gerente de la Red de Malezas Resistentes de Aapresid (REM) fue el encargado de abrir el intercambio al presentar el mapa de las malezas resistentes, elaborado por la REM, esto es, el panorama de la problemática en Argentina. Los límites geográficos que se marcaron para cada maleza abrieron el debate entre los presentes. "Es justamente el objetivo de este mapa, que se discuta y mejore progresivamente, es dinámico", habilitó Marzetti.
En la lista de las malezas sospechosas en Argentina, Marzetti consignó al «Aamaranthus Palmeri» como una de las principales amenazas, por su agresividad y velocidad. Habló de Córdoba, mostró fotos de Totoras pero encontró a un auditorio inquieto por presentar sus experiencias y hacer consultas. En sus intervenciones, Tucumán y Salta también acusaron recibo. Y en Zavalla, también mencionó casos en los canteros de la ruta, así como en las afueras de las plantas de acopio. "Eso demuestra lo que pasa cuando las semillas caen de los camiones", mencionó Marzetti.
Pablo López Anido, director adjunto del programa REM se refirió a las causas, a la sensación de los productores, a una tendencia que "es igual en todas las zonas". Marzetti presentó entonces una encuesta en la que los propios productores y técnicos acusaron las causas de las malezas resistentes.
"La falta de planificación es un problema cultural y más del 50 por ciento atribuye el problema a la falta de conocimiento técnico, las malas aplicaciones de herbicidas y el sistema de arrendamientos se ven como los principales problemas relacionados, en general se piensa que hay que hacer más monitoreo, más y mejores aplicaciones", dijo.
¿Futurología? Planteando sus proyecciones, Marzetti mostró a los presentes lo que se viene desde el punto de vista de las malezas, en cuanto a las resistencias: "Se observará un crecimiento en superficie de las actuales malezas, rápidamente crecen en superficie y se crean más resistencias al glifosato; lo mismo sucede con los ALS, quizás Rama Negra deba ser agregado pronto al mapa de las resistencias".
Por lo demás, las resistencias múltiples a glifosato y graminicidas en las actuales gramíneas RG, es otra tendencia que se prevé.
En cuanto a las malezas tolerantes, se dijo que crecerán en superficie. "Hay un grave problema de perennes. En siembra directa se instalan y es difícil de retroceder. Por lo que hay que prestarles atención", sentenció Marzetti.
"La problemática viene creciendo año a año, a tasa creciente, con fuerte aumento de los costos para el productor. Y hay algunas situaciones en las que, aún invirtiendo, no hay solución. Estamos forzando el paso", agregó.
Héctor Rainiero, de Inta Manfredi, ponderó la alternativa de hacer rotación de cultivos, pero con alternativos. Citó alfalfa, por caso. "Tal vez así se solucione en gran parte el problema".
Pablo López Anido compartió la moción pero aclaró: "Ayuda rotar principios activos, pero no hay una solución, ni siquiera teórica, a cualquier costo. A este problema, que es más grave en las zonas marginales, le ponemos los costos y aún nos cuesta encontrar la solución; la respuesta tiene que ser integral a través de cultivos de cobertura, fecha de siembra, rotación de ciclos", dijo quien tiene experiencia de producción en la localidad de Bandera.
David Feist, uno de los invitados destacados de la jornada, como development leader de Adama Estados Unidos, aportó su visión desde el Norte. "En EEUU encontramos que en muchas áreas donde practicábamos siembra directa tuvimos que romper el suelo, volver a la labranza. No es suficiente ninguna práctica en sí misma. Es algo que los farmers allá aprendieron pues su sistema cambió enteramente", dijo. Tambien señaló que encontraron que una vez establecido, es imposible revertirlo. "El mensaje de nuestros expertos es: cero malezas, tomá el control", dijo.
El especialista indicó que es impracticable para muchos productores que tienen 200 hectáreas, pero el mensaje es diversificar y mantenerse cambiando. Controlar antes de que aparezca el problema y no después.
Amalia Ríos, trajo su testimonio desde Uruguay. "Allí hemos tenido más diversificación en todos estos años a pesar de que nos invadió la soja. Sí es cierto que estamos con un problema muy grande de Camisera y Raigrás. Pero a partir de este año tenemos una obligación, una normativa denominada Puentes Verdes, que será controlada por el Ministerio y nos insta a hacer cultivos de cobertura. Ahí estamos dando un mensaje".
Miembros de la Experimental de Pergamino se refirieron a los cultivos de cobertura: "son un muy buen herbicida", dijeron.
CONCLUSIONES. Lucas Remondino trabaja con Luis Lanfranconi y Julián Oliva en la Facultad de Córdoba, enfocados en herbicidas. Aportó su visión para llegar a una conclusión aproximada del debate: "Las especies resistentes van a aparecer sí o sí. Nosotros sólo estamos demorando su aparición para que la tecnología vaya avanzando y nos alcance, para atenuar al menos un poco el problema del productor".
Marzetti señaló que "hoy pensamos en rotar y soja - maíz, pero esa es una rotación muy simplificada. Se requieren grandes cambios en los sistemas de producción, nada de medias tintas. Nos parece que somos súper sustentables cuando cambiamos una leguminosa por una gramínea y ambas se siembran en la fecha, con muchos herbicidas comunes. El sistema está haciendo agua y hay que profundizar la investigación", arengó.
Respecto a la alternativa de la labranza, Marzetti expresó: "Los mayores problemas están en zonas marginales. Esto abre el tema de labranzas. Pero hay que recordar que en esas zonas hoy pueden producir gracias a la siembra directa. Romperla significa volver a un sistema de producción de hace 40 años".
Lo cierto es que se está frente a una tendencia en la que no es una opción esperar soluciones mágicas. "La velocidad que conlleva no va de la mano con el cambio de mentalidad por parte de los productores", dijo Marzetti. "Decíamos que hay que ser proactivos. Pero es sólo un dicho que no sucede en la realidad. Ni aquí ni en ninguna parte el mundo. No cambiamos hasta no tener el agua al cuello", concluyó.