Es tan fuerte la relación de Houston con lo espacial que cuando Neil Armstrong pisó la Luna aquel 20 de julio de 1969, en esta ciudad se recuerda como una letanía aquella frase que notificó lo que el equipo de la Nasa y el mundo entero estaban esperando: "Houston, aquí base, tranquilidad. El Aguila ha alunizado". Nicolás de Sanctis no participó de aquella misión Apolo 11. También está lejos de ser un astronauta estadounidense. Simplemente es un fervoroso hincha de Newell's que puede relatar con lujo de detalles lo que fue aquel hito en la historia de la humanidad porque hace dos años y medio que vive en Houston.
Es que no hay forma de adentrarse en la vida de los texanos, mucho más siendo residente, sin tener un pleno registro del orgullo que significó para esta ciudad aquella exploración humana en suelo lunar.
"Apenas te instalás en Houston y empezás a tener contacto con la gente, todo el mundo te recuerda lo que dijo Neil Armstrong cuando llegó a la Luna", aclara Nico en el diálogo con el enviado de Ovación, antes de inmiscuirse en el mundo que verdaderamente le eriza la piel: el planeta Newell's.
"Soy un enfermo de Newell's. Cuando vivía en Rosario no me perdía un partido. Iba a todos lados. Ahora lo sigo por internet. Me levanto a cualquier hora, pero siempre firme haciéndole el aguante a la lepra", relata, mientras luce con ánimo petulante la camiseta rojinegra durante uno de los entrenamientos que cumplió la selección argentina en el campo de deportes de Rice University.
Por si hace falta agregarlo, Nicolás es un rosarino más que anda desperdigado por la tierra sin olvidar sus raíces ni el club de sus amores. Se encuentra radicado en Houston junto a su esposa por cuestiones laborales. Desde hace un tiempo trabaja en Tenaris SA, una empresa metalúrgica multinacional subsidiaria del grupo argentino Techint, que se dedica a la producción de tubos de acero para la industria del petróleo. No sabe cuánto tiempo más se quedará residiendo en Estados Unidos porque también es un experto en activar mudanzas de un momento a otro.
"Cuando me fui de Rosario, la empresa me trasladó a Uruguay y después a Singapur. Ahí viví todo el campeonato que ganamos con Martino en 2013. Me levantaba a las 3 o 4 de la mañana para ver los partidos. Es terrible cómo se sufre cuando estás tan lejos. Cómo jugaba ese equipo de la mano de Martino. Tenía todo: toque, gol, elaboración de jugadas y además Nacho (Scocco) estaba en un nivel impresionante. Qué macana que nunca pudo volver a ese nivel. Habría que recuperarlo. Si se va será difícil reemplazarlo porque no sé si hay tantos jugadores de sus características para traer", explica con una claridad meridiana, como si estuviera en el día a día en Bella Vista o en el Coloso.
Apenas el enviado de Ovación se presentó, Nicolás no necesitó mirarle el nombre y apellido que está escrito en la credencial que llevan todos los periodistas acreditados para cubrir la Copa América Centenario 2016: "Ah, mirá quién sos. A vos te leo siempre. Los conozco de nombre a casi todos los periodistas que trabajan en el suplemento Ovación. Porque los leía cuando vivía en Rosario y ahora por Internet. Es el diario de la ciudad. A veces escriben cosas que no me gustan o no estoy de acuerdo sobre Newell's, pero La Capital es de Rosario. Forma parte de la historia grande de la ciudad. Esa es una realidad", admite Nico, quien además cuenta que durante la estadía del equipo argentino en tierra texana sólo logró saludar a Nahuel Guzmán. "Ahora me faltan Messi, el Tata y Banega. Esta selección es muy leprosa. Y eso me gusta. Históricamente los grandes equipos de la selección siempre tuvieron jugadores salidos de la cantera de Newell's", ahí ya le sale el indio de adentro y ningunea un poco a la gente de Central, que también está muy bien representada en esta selección con Angel Di María y Ezequiel Lavezzi.
Este apasionado simpatizante de Newell's fue una de las 70.000 personas que ayer estuvieron en el estadio NRG de Houston alentando a la selección de Messi. Aunque reconoce que lo que más le ocupó la cabeza desde el domingo 19 fueron las elecciones en Newell's. Las siguió minuto a minuto conectado con el teléfono celular a wifi y repasando la página online del diario La Capital. Afirma que recibió como una buena noticia el triunfo de Eduardo Bermúdez que lo convirtió en el nuevo presidente rojinegro: "De todas las opciones que había para votar era la mejor. Es un tipo que conoce mucho al club, fue técnico de las inferiores, de la primera y dirigente en otras gestiones. Sabe con qué se va a encontrar y además en su momento, cuando representaba a jugadores como Batistuta, Balbo o Samuel, tenía muchos contactos a nivel internacional. Me hubiera gustado que el técnico fuera Marcelo Bielsa, pero parece que seguirá Diego Osella (ayer fue anunciado oficialmente). Igual, mucho no pudo hacer en el campeonato pasado. Tal vez ahora que arranca de cero, con una pretemporada y con los jugadores que le traigan, la mano cambia. Lo necesitamos porque no podemos darnos el lujo de seguir estando tan debajo de la tabla", se ilusiona, antes de confesar cuál es el real sueño de todos los leprosos: "No me quisiera morir sin antes ver a Messi jugar con la camiseta rojinegra. Escuché decir el domingo a Bermúdez que él será el presidente que llevará a Messi a Newell's. Bueno, ojalá cumpla con su palabra. Si hace eso, qué más podemos pedirle. Ya jugó Maradona y ahora si viene Messi ya está. Sólo Newell's tiene la fuerza como institución para hacer eso. No puedo desear más nada", se despide Nico. Eso sí, no sin antes escuchar la respuesta del cronista sobre el día en que saldrá la nota en el diario La Capital.