El fantasma del terrorismo sobrevuela Estados Unidos después de tres posibles ataques en un solo día en Nueva York, Nueva Jersey y Minnesota, cuyos vínculos investiga la policía y el FBI.
Quince años después de los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001, una bomba de fabricación casera explotó anoche en el barrio de Chelsea, en la isla de Manhattan, hiriendo a 29 personas.
La explosión tuvo lugar en la calle 23 entre las avenidas Sexta y Séptima, en uno de los barrios más de moda de Nueva York.
Las autoridades de Nueva York indicaron que todos los heridos ya han sido dados de alta y que los edificios de la zona no han sufrido daños estructurales por la explosión.
La policía de Nueva York y el FBI están investigando el caso pero, hasta ahora, nadie ha sido detenido. Ninguna persona ni ningún grupo ha reinvindicado, de momento, la autoría de la bomba que estalló en Chelsea.
Las autoridades han pedido al público ayuda para que les den pistas que les permitan encontrar al responsable.
"No descartamos nada", dijo el comisionado de la policía de Nueva York, James O'Neill, quien explicó que están tratando de determinar quién lo hizo y sus motivos.
O'Neill trató de tranquilizar a los neoyorquinos y a los turistas y aseguró que las autoridades harán todo lo posible para proteger al público.
El alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, aseguró que se trata de una "acto intencional, violento y criminal" pero se resistió a clasificarlo de terrorismo hasta que haya pruebas de ello. En cambio, el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, lo consideró un acto de terrorismo.
"Una bomba que explota en Nueva York es obviamente un acto de terrorismo, pero no hay vínculos con terrorismo internacional", dijo Cuomo después de visitar la zona en la que explotó la bomba. Cuomo dijo que podría tratarse de "un lobo solitario", pero que todavía es pronto para saberlo.
Las autoridades de Nueva York han reforzado las medidas de seguridad en la ciudad, que esta semana acoge la Asamblea General de Naciones Unidas.
De Blasio anunció que habrá "un presencia sustancial" de policía en la ciudad. El gobernador Cuomo explicó que mil policías adicionales del Estado de Nueva York y miembros de la Guardia Nacional patrullarán las terminales de ómnibus, los aeropuertos y el metro.
Después de que estallara la bomba en Chelsea, la policía también encontró el sábado en la calle 27 en Manhattan otro artefacto, dentro de una olla a presión con cables y un móvil pegado con cinta plástica. Ambos artefactos han sido enviados al centro del FBI en Quantico (Virginia) para que sean analizados.
A Quantico también han enviado los restos de la bomba que explotó ayer en Nueva Jersey sin causar heridos. El artefacto, escondido en una papelera, explotó en la localidad marítima de Seaside Park antes de que iniciara una carrera benéfica patrocinada por los Marines y en la que se estimaba una participación de 5.000 personas.
Según Cuomo, la bomba de Nueva York tiene "el mismo diseño", pero la de Nueva Jersey es "diferente".
El tercer incidente ocurrió también ayer. Un hombre apuñaló a ocho personas en un centro comercial de Minnesota por motivos que se desconocen antes de que un policía fuera de servicio lograra matarlo a tiros.
La policía de Minnesota investiga los hechos y si el agresor era un "soldado del Estado Islámico", como asegura la agencia de noticias Amaq, vinculada al grupo terrorista. El FBI considera el incidente de Minnesota como "un potencial caso de terrorismo".