Las palabras de Coudet el viernes todavía repiquetean en el ambiente futbolístico canalla. Lo que hizo el entrenador fue poner sobre la mesa una realidad, a su criterio cruda, que tiene que ver con el armado del plantel para la próxima temporada. Se habló de un grupo diezmado, con la imposibilidad de poner en cancha "hoy" un equipo competitivo, pese a que hace dos semanas el semblante era otro y que lo único que alteró la cantidad de futbolistas de aquel momento a este fue el alejamiento de Alejandro Donatti. Después, está la falta de concreción de la llegada de refuerzos por parte de la dirigencia y la decisión del propio entrenador de trabajar con un grupo mucho más reducido. Desde este último ítem se tiró el achique para ir en busca del agrande. Pero sobran matices para entender, o al menos abordar esta realidad.
El contrapunto entre cantidad y calidad es uno de los ejes a partir del cual trazar coordenadas. En esto mucho tienen que ver las performances de los últimos campeonatos, al menos desde que Coudet está al mando del equipo. Es que la incapacidad de coronar esas buenas actuaciones con un título no invalida el escenario al que Central logró subirse. No hubo coronación, pero, se insiste, todo lo que jugó lo peleó. Tal vez por ello hoy se haga foco en otra cosa, se intente sumar futbolistas de probada jerarquía, que impliquen un verdadero salto de calidad, que fue el discurso de siempre y que no siempre pudo ser llevado a la práctica con un óptimo resultado (eso también formará parte del análisis).
Según el Chacho, Central no necesita hoy sumar por sumar, sino que apunta a mejorar la base que ya tiene. Intentó apuntando nombres como los Agustín Allione, Rodrigo Braña, Damián Pérez, Fernando Tobio, Martín Demichelis, Mauricio Martínez, entre otros. Algunos ya caídos y otros por los que aún se trabaja.
Esto va de la mano con ese achique del que habló Coudet y por el que entregó sus razones. "La idea es trabajar con un grupo de 22 ó 24 jugadores, a los que creemos les podemos estar más encima y acompañarlos en los detalles", fue la frase que utilizó hace dos semanas.
Ahí ya hay una diferencia sustancial con el pasado y el futuro que todavía está en período de programación. Ahí juega la relación entre calidad y cantidad. Pero es algo nuevo a lo que apuntará el cuerpo técnico. Es que hasta aquí el Chacho estuvo en dos torneos y en ambos no sólo trabajó, sino que utilizó a una cantidad muy por encima de lo que ahora se tiene en mente como el ideal. En la primera experiencia (torneo de primera división 2015 y Copa Argentina) echó mano a 34 jugadores, la misma cantidad que en la segunda temporada (torneo local y Copa Libertadores). En este último semestre está el ingrediente de que hubo doble competencia en serio, no como la que puede tomarse cuando está la Copa Argentina de por medio, cuando, por obvias razones, suele haber lugar para muchos por las contingencias que imponen las lesiones, suspensiones y el propio cansancio.
El achique del plantel corre por cuenta exclusiva del entrenador. Y está bien que así sea, amén de alguna que otra sugerencia que puede aparecer por parte de la dirigencia, como coordinadora y controladora del patrimonio de la institución. Un par de rutas desde las cuales observar también lo que ocurre.
Una tiene que ver con que varios de los refuerzos que llegaron, especialmente en el último libro de pases, fueron dado de baja rápidamente porque no rindieron en la medida que se esperaba. Otros jugaron demasiado poco, sólo cuando las urgencias golpearon sobre la mesa. Gastón Gil Romero, Rodrigo Battaglia, Gustavo Colman, Mauro Cetto y Esteban Burgos son algunos de los nombres que pueden inscribirse en este lote.
La otra, que también forma parte de la reducción del grupo, va de la mano con el apartamiento de juveniles que aparecieron en primera división y que ahora ni siquiera se entrenan con el primer equipo en el predio de Arroyo Seco. Maximiliano González, Rodrigo Migone, Ijiel Protti, Joaquín Pereyra, Hernán Da Campo y Félix Banega se mueven diariamente en la ciudad deportiva de Granadero Baigorria (junto a Walter Acuña, que volvió al club y no tiene lugar, ver página 4), a la espera de que llegue el pedido de algún club o bien la dirigencia canalla pueda encontrarles un equipo que les permita mantenerse en movimiento y, en la medida de lo posible, colaborar para sumar experiencia y fogueo.
Se cuenta como baja importante la de Donatti (Franco Cervi se sabía que estaba vendido y que emigraría y la situación de Pablo Alvarez es la misma que hace 15 días). Sí se especula con que River vuelva a la carga por Víctor Salazar y que Alavés insista por Damián Musto. Quizá por eso el temor de Coudet y el tenor de sus declaraciones.
Y después, claro, la falta de refuerzos, que irritó al DT. Tal vez porque se está buscando justamente calidad todavía no haya aparecido ninguna cara nueva por la concentración, pero lo cierto es que fue demasiado tiempo para negociaciones (complicadas por cierto, como para la mayoría de los clubes) para pocos resultados. Confían en que a partir de hoy la cosa cambie.
Así está Central. Achicando sustancialmente el plantel, lo que se presenta como una metodología de trabajo diferente a la utilizada, para impregnarle más jerarquía con la llegada de refuerzos que aún no aparecieron. Para el torneo local falta todavía, pero el inicio de la competencia (Copa Argentina) está a la vuelta de la esquina.
Inicia una nueva semana de trabajo
Desde hoy se pondrá en marcha la semana que desembocará en el primer partido oficial de Central en el semestre, aunque el mismo será afrontado por el equipo de reserva, que dirigirá Leonardo Fernández. El choque, por la Copa Santa Fe, ante Independiente de Chañar Ladeado, se jugará el domingo a las 16 en el Gigante.
En lo que a los titulares se refiere, el cuerpo técnico canall espera que se recuperen cuanto antes aquellos futbolistas que se están entrenando de manera diferenciada. Ellos son: Larrondo, Cetto, Delgado, Burgos y Fernández.
El primer compromiso de importancia para Central es la Copa Argentina, ante Villa Mitre de Bahía Blanca, el viernes 15 de julio a las 17.30. El Canalla todavía no tiene programado ningún partido amistoso.