Cuatro jóvenes rosarinos resultaron ganadores de un concurso nacional de bandas escolares. Son los chicos de Crisma, un conjunto de rock local que gracias a este certamen vivieron la experiencia de grabar un tema junto a Lito Vitale. Los chicos, que llevan "en las venas" la música, piden que se abran más espacios públicos para que los grupos rosarinos puedan expresarse.
Más de 900 chicos de todo el país presentaron sus demos en el concurso "Vamos las bandas 2009", organizado por el Ministerio de Educación de la Ciudad de Buenos Aires. De los 224 grupos que se anotaron en el certamen quedaron 15 bandas seleccionadas —entre ellas la de los rosarinos—, para grabar un disco con un tema por grupo que será presentado a fin de mes en un anfiteatro porteño.
Pop, jazz, cumbia, reggae y folclore son algunos de los géneros que expresan la música de los chicos que participaron del concurso. O el rock, como en el caso de Crisma, el grupo integrado desde 2007 por Franco Contesti, Daniel Szewaga, y Javier y Uriel Calderone.
"Está buenísimo la mano que da este tipo de concursos a las bandas que estamos tratando de salir a flote", expresa Uriel, de 21 años, y quien le pone guitarra y voz al grupo. Mucho les cuesta a estos chicos poder sostener un espacio para expresarse a través de la música. De hecho todos los sábados, haya o no en vista una presentación en vivo, se encierran un par de horas en una sala a ensayar y no perder "el ejercicio de tocar y no bajar el ritmo", cuenta Daniel, también de 21 años y la primera guitarra de la banda.
Sueños infantiles
Ambos jóvenes se conocen desde la escuela primaria (San Francisco Solano), donde el gusto por los acordes ya los hacía soñar con un proyecto musical en conjunto. "En séptimo grado quisimos crear una banda, pero al final no pudimos armarla", recuerda Daniel.
Pero para poder ingresar al concurso, miembros del grupo debían ser estudiantes de escuelas secundarias, como Franco Contesti (16 años, alumno del San José) y Javier Calderone (16 años, del San Francisco Solano).
Con influencias que van desde el rock instrumental, hasta el funk, el blues y el jazz, cuentan que sienten desde muy pibes —aunque todavía lo sean— el amor por hacer canciones. "Siempre buscamos hacer música, sacar lo que llevamos dentro", describen con pasión.
Día de rock
El jueves 27 por la noche, los cuatro integrantes de Crisma llegaron a Buenos Aires, horas después de enterarse que figuraban entre las 15 bandas ganadoras. Al otro día desde temprano los esperaba nada menos que Lito Vitale, coordinador del concurso "Vamos las bandas", quien prestó su estudio e instrumentos para que graben el tema "Mi razón", la potente canción con la que se presentaron al certamen.
Bajo la atenta mirada de Vitale —quien hasta se animó a ponerle un toque de su teclado a la canción— los chicos grabaron una nueva versión del tema de su autoría. Una experiencia que los llena de orgullo y alegría, pero que a su vez los impulsa a seguir adelante con este proyecto que los atrapó desde que eran niños. "Tenía 8 años y ya estaba con un bajo colgado", evoca Javier Calderone acerca de su primer instrumento, que aún hoy atesora en el placard.
Ahora esperan ansiosos el 26 de septiembre, fecha en la que se presentarán en vivo junto al resto de las bandas seleccionadas en un anfiteatro de la Ciudad de Buenos Aires. El sábado próximo se presentarán en Arena (Complejo Taura, La Fluvial)
Por más espacios
La novedad de este tipo de concursos hace pie en la clara necesidad de muchos jóvenes de encontrar espacios para mostrar su música. Si bien en algunas escuelas se realizan —sobre todo para el Día de la Primavera— festivales de música que convocan a las bandas escolares, a muchos grupos de adolescentes se les hace cuesta arriba encontrar sitios en los que, "saliendo derechos con los costos", puedan tocar.
"Estaría bueno que en las escuelas, por ejemplo, den apoyo y se generen estos espacios", señala Franco Contesti. La apertura de las instituciones educativas a estas experiencias tienen un éxito asegurado, como sucedió el año pasado en el patio del Colegio Zona Parque, donde una multitud de chicos disfrutó de la música de un par de bandas juveniles.
Para Uriel, en una ciudad con el potencia cultural como Rosario debería motorizarse un poco más la organización de festivales y eventos donde puedan tocar, sobre todo las bandas que recién están arrancando. "Hay muchos chicos a los que les gusta la música y tocar, y estaría bueno que la ciudad se abra a eso", indica el cantante del grupo.
La música para los integrantes de Crisma es más que un hobbie. Con la meta de un futuro tener la posibilidad de "vivir de esto", ya se meten nuevamente en la sala de ensayo para prepararse para el recital de fin de mes en Buenos Aires. "La música la llevamos acá, en las venas, y eso queremos mostrarlo", concluyen.