Los datos van y vienen, las especulaciones giran en torno a diferentes nombres y el máximo candidato va mutando según el día. La carrera por la primicia busca un entrenador para la selección argentina, y mientras la Asociación del Fútbol Argentino juega su mejor juego, sazona la espera con los habituales condimentos de especulación y cierta perversión.
Y no es tan difícil que la propuesta le llegue a algunos de los entrenadores mencionados. Lo que aparece como más complicado es la aceptación del convite por parte del técnico.
Es verdad que Argentina es el actual subcampeón mundial, pero no es menos cierto que esta generación de futbolistas no pudo alcanzar la gloria, con muchos en lo que se supone el techo de su rendimiento, al menos si se tiene en cuenta que el próximo Mundial, el de Rusia 2018, está a cuatro años.
Sumado a esto existe también una preocupación en algunos de los entrenadores mencionados como candidatos que no es justamente aceptar o rechazar el hipotético ofrecimiento, sino la escasa cantera de jugadores para proyectar a los eventuales reemplazantes de Messi, Mascherano, Garay, Zabaleta, entre otros.
¿Que sobran jugadores? Bueno, entonces piense en un puñado de minutos once jugadores que no hayan estado en el reciente Mundial de Brasil. ¿Le costó? Esto se debe justamente a que desde la salida de José Pekerman, las selecciones juveniles quedaron huérfanas de un proyecto deportivo que tenga como objetivo planificar la conformación de las futuros equipos nacionales. Todo un problema.