La obra "An unknown man", atribuida al artista barroco neerlandés Frans Hals y subastada por la casa Sotheby's por 8,5 millones de libras (unos diez millones de dólares), fue declarada falsa, por lo que su venta fue anulada con la devolución del dinero en su totalidad.
El fraude fue descubierto en el marco de una amplia investigación sobre posibles copias de maestros como Hals, Lucas Cranach u Orzaio Gentilerchi.
Tras los hallazgos, expertos del mundo del arte especulan que restan develar unas 25 falsificaciones que se irán descubriendo en las próximas semanas.
Se cree que el mismo falsificador que hizo la copia de Hals es el responsable de "David contemplando la cabeza de Goliat", atribuida a Gentileschi y que estuvo en préstamo en la National Gallery, donde fue exhibida hasta marzo pasado.
Por su parte, la National Gallery aseguró que siempre investiga las obras que llegan como préstamo y que examina su estado, dos requisitos que se cumplieron con este cuadro, informó la cadena de noticias BBC.
Otra obra cuya autoría se disputa es "Venus", atribuida a Lucas Cranach y datada en 1531, la cual fue confiscada por las autoridades francesas en marzo último tras presentarse dudas sobre su autenticidad.
El cuadro que desató el escándalo había sido prestado para una exposición en Aix-en-Provence por el príncipe Hans Adam II de Liechtenstein, que lo compró en 2013 por seis millones de libras a la Galería Colnaghi de Londres.
Otra obra en disputa, que se atribuye al artista renacentista Lucas Cranach el Viejo, fue capturada por las autoridades en Francia en marzo después se plantearon dudas acerca de su autenticidad.
El trabajo había sido cedido a una exposición en Aix-en-Provence por Hans-Adam II, el príncipe reinante de Liechtenstein. De acuerdo con The Art Newspaper , la obra llegó al mercado en 2012 y fue vendida "de buena fe" al príncipe en 2013.
Advertencia. La primera página de cualquier guía decente para el negocio de obras de arte debería explicar en negrita, "cuidado comprador". A menos que haya comprado la pintura o la escultura directamente desde el estudio de un artista vivo, se corre el riesgo de comprar una falsificación.
El lado positivo de la cuestión está dado en que la ciencia está jugando cada vez con más peso en la autenticación de obras de arte, pero no hay que tranquilizarse demasiado, los falsificadores tienden a encontrar maneras de mantenerse por delante de los hallazgos para dilucidar posibles fraudes.
Si el comprador quiere reducir las probabilidades de adquirir una falsificación (y con seguridad lo querrá), entonces deberá exigir toda la documentación que acrediten los propietarios anteriores y lo que ellos han hecho para conservar la pieza.
Las falsificaciones son mucho más numerosos de lo que muchos expertos en el mundo del arte admitirían en público.
Sotheby's dijo que "con el acuerdo del vendedor" de la obra se atribuyó la autoría del cuadro a Hals, que había sido vendido por última vez en 2011 y que se había informado al nuevo comprador de "un posible problema con la autenticidad de la pintura".
La casa de subastas dijo que las pruebas "demostraron la existencia de materiales modernos utilizados en la pintura de una manera que significaba que no podría haber sido pintada en el siglo 17".
El historiador de arte Bendor Grosvenor considera que el caso es extraordinario. "Sorprende al calidad de la obra y el hecho de que no es una copia", dijo.
"El que se sumergió en el aura de Hals cuando pintó esto también se acercó con una composición totalmente fresca. Si esta pintura es falsa, y yo creo que muy probable lo sea, se trata del mejor falsificador de todos los tiempos", aseguró.