Shell Argentina informó ayer que la compañía está llevando adelante "una revisión estratégica" de su negocio de refinación de hidrocarburos y distribución de nafta a través de su red de estaciones de servicio y sus activos de comercialización en el país, pero mantiene fuera del alcance de ese análisis su participación en los proyectos de exploración y explotación de los recursos como el gas.
El CEO global de la petrolera, Ben van Beurden, dijo en Nueva York que la empresa está revisando los activos de downstream (refinación y venta) para centrarse en operaciones más rentables en el área de exploración y producción (upstream).
El ejecutivo incluyó a la Argentina entre los lugares del mundo en los que evalúan realizar un plan de desinversión por 30.000 millones de dólares.
Cambio de modelo. Al respecto, señaló que entre los activos que podrían negociarse figuran la "Refinería Buenos Aires, la red de estaciones de servicio (alrededor de 600), Trading & Supply, Químicos y los negocios de Global Commercial, incluyendo GLP, Aviación, Marítimo y Lubricantes".
Luego, la compañía a nivel local aclaró que "no tiene intención de perder presencia en Argentina", aunque reconoció que se realiza "una evaluación del modelo y activos que el negocio tiene en el país" en el llamado downstream.
En ese sentido, la empresa precisó que "en respuesta a las circunstancias globales de la industria y los objetivos detrás de la combinación con BG, se está llevando a cabo una revisión estratégica solamente de el negocio de downstream y sus activos en el país".
La referencia está hecha sobre la compra que la petrolera realizó este año gasífera BG Group por 54 mil millones de dólares, lo que le dio a Shell el control de la planta de Curtis Island y otras reservas de petróleo, desde Estados Unidos hasta Kazajistán.
Empresa de gas. A partir de esa nueva composición, Van Beurden declaró a mediados de julio que Shell pasaba a ser "más una empresa de gas que una empresa petrolera", lo que anticipaba un viraje en la concepción de su negocio y que permiten dar contexto a sus declaraciones de ayer sobre la llamada "revisión estratégica" de varios de sus activos.
Estos activos de refinación y comercialización en el país incluyen la Refinería Buenos Aires, la red de estaciones de servicio que suman unas 600 bocas de expendio en todo el país, Trading & Supply, Químicos y los negocios de Global Commercial, incluyendo GLP, Aviación, Marítimo y Lubricantes.
"Nuestros intereses en el negocio de upstream y sus activos en Argentina están fuera del alcance de la revisión estratégica", aseveró la empresa al resaltar que "las inversiones globales de shale son prioridad de crecimiento futuro a partir del año 2020".
En ese sentido, la petrolera reafirmó: "Estamos comprometidos con el desarrollo y crecimiento de nuestro negocio de no convencionales en Argentina en los años venideros", en referencia a su participación en la exploración del yacimiento de Vaca Muerta, en la provincia de Neuquén.
Shell Argentina tiene una refinería en Buenos Aires y 600 estaciones de servicio en el país.
La firma ratificó que está "comprometida con el desarrollo y crecimiento de nuestro negocio de no convencionales (shale) en la Argentina en los años venideros (Vaca Muerta)".
"Queremos enfatizar que Shell no tiene intención de perder presencia en la Argentina. Una revisión estratégica de nuestra cartera de downstream es una evaluación del modelo y activos que el negocio tiene en el país", señaló.
La compañía aseguró que tiene "un fuerte compromiso con la Argentina donde tenemos más de 100 años de historia".
De la compañía petrolera viene el ministro de Energía, Juan José Aranguren, quien fue denunciado por legisladores opositores por favorecer a esa compañía.