No es necesario ser un espeleólogo o arqueólogo para desentrañar los secretos y bellezas ocultas bajo la tierra de Brasil, afirman en el instituto de turismo local, Embratur. Y entonces promocionan las pinturas rupestres dispersas por todo su territorio y la diversidad que ha llevado a dividirlas en regiones, conocidas como Agreste, Planalto, Nordeste, So Francisco, Litorƒnea, Geométrica, Meridional y Amaz"nica.
Una visita particular a una cueva está más estrechamente vinculada al gusto por el turismo de aventura, ecoturismo y la cultura local, señala el Ente Brasileño del Turismo (Embratur).
De acuerdo con la demanda turística internacional, el 15,7 por ciento de los extranjeros que viajaron a Brasil en 2015 tuvo como motivación la naturaleza, el ecoturismo y la aventura. El número incrementó en 23 por ciento en comparación a 2014 que fue del 12,8 por ciento.
Algunos itinerarios son recomendados para disfrutar de esta tendencia que cada año crece y crece durante el verano e incluso en cualquier época del año.
Parque Nacional Serra da Capivara
Es la mayor colección de sitios arqueológicos y pinturas rupestres en el continente americano y está ubicado en el Estado del Piauí. El complejo de montañas, valles, cuevas y paneles de Serra da Capivara es considerado Patrimonio Cultural y Natural de la Humanidad por parte de la Unesco.
El reconocimiento internacional muestra la importancia de la atracción turística así como los registros prehistóricos del parque, que representa el hogar de los restos más antiguos de la presencia humana en América. De los 172 lugares para visitar, 17 están adaptados para usuarios en sillas de ruedas.
Parque Nacional Catimbau en Pernambuco
El parque arqueológico es el segundo más grande de Brasil e impresiona a los visitantes por su grandeza, la belleza del paisaje y las diversas formaciones geomorfológicas, que exhiben obras de arte, tallado por la erosión. Existen 27 sitios arqueológicos a lo largo del lugar, en el que se puede disfrutar de las pinturas de hace 6.000 años, lo que representa cómo era la vida en la región.
Varias rutas de bajo grado de dificultad y mucho acceso se encuentran programadas para acceder a los monumentos geomorfológicos.
Formosa histórica
A sólo 80 kilómetros de Brasilia, Formosa, ciudad del Estado de Goiás, resalta por alojar en sus cuevas una verdadera joya. Pinturas hechas por los primeros habitantes de la región central del país sobre animales y personas en colores rojo, naranja, vino o negro adornan siete de las 29 cuevas en la región, y ha atraído la atención de turistas y locales.
En Toca da Onça, situada en una reserva privada a siete kilómetros del centro de la ciudad, los visitantes pueden disfrutar de pinturas que datan de alrededor de 4.500 años. Para visitar y disfrutar de esta historia única del continente y de Brasil, se necesita solicitar turno y permisos con anterioridad.
Las cuevas del Parque Nacional Peruaçu
Situado en el norte de Minas Gerais, la reserva, es el hogar de más de 140 cuevas, más de 80 sitios arqueológicos, así como de flora y fauna típica de la zona y del país. Su arte rupestre y obras datan desde hace 10.000 años y sus cuevas están llenas de belleza natural y biodiversidad.
El Parque Nacional ofrece a sus visitantes atractivos que se suman a seis rutas de visita y ocho cuevas, tomando en cuenta que recientemente se ha estructurado un nuevo horario, de lunes a viernes de 8 a 18.
Chapada de Apodi
En el Estado de Rio Grande do Norte, el Lajedo de Soledade, uno de los sitios arqueológicos más importantes e imponentes de Brasil, posee artes e inscripciones antiguas así como restos de perezosos gigantes, tigres dientes de sable y caparazones de gliptodontes del tamaño de automóviles.
El sitio se formó en una zona de roca calcárea, con el efecto de la erosión sostenida en el tiempo, un mini cañón abierto que muestra pinturas de animales como loros y lagartos. Las visitas se pueden hacer de martes a domingo de 8 a 17 horas.
Otras opciones de visita
El arqueoturismo es una tendencia que acerca a los turistas a la vida del hombre de las cavernas y los fósiles prehistóricos. En el valle de los dinosaurios en Cariri (Paraíba), el visitante camina en las huellas de los animales antes de la civilización humana.
En Amazonas, las Cuevas de Madadá, en Novo Airo, impresionan al visitante apasionado por la naturaleza. Ya en el Estado de Pará -en las provincias espeleológicas de Monte Alegre, Itaituba y Rurópolis-, hay más de 60 cuevas y sitios arqueológicos para disfrutar.
Otros parques como Jalapo, Chapada dos Guimares y la Chapada Diamantina, son también hogares de cuevas y atracciones que cumplen los altos requisitos de los turistas en busca de la naturaleza y la aventura.
En Bonito, gran parte de la belleza del lugar está en las entrañas de la Tierra, como las cuevas de Lago Azul, San Miguel y Abismo Anhumas.