Sin nada que reprocharse pero con la incógnita de saber qué hubiera pasado si era más ambicioso desde el inicio del partido, San Lorenzo se quedó esta noche afuera de la final de la Copa Sudamericana luego de empatar 0 a 0 ante Chapecoense de Brasil en el estadio Arena Condá.
Como en la ida en Buenos Aires habían igualado 1 a 1, el conjunto brasileño se clasificó y enfrentará al ganador de la serie Atlético Nacional-Cerro Porteño, cuya llave se definirá este jueves.
En el primer tiempo, San Lorenzo se cuidó demasiado y se dejó dominar por un rival que, con poco, lo superó en el trámite.
En el complemento, el entrenador Diego Aguirre dispuso el ingreso de Nicolás Blandi y se vio un equipo más audaz, que no pudo concretar cuatro ocasiones claras para marcar, la última sobre la hora, cuando Danilo le tapó con el pie el gol a Marcos Angeleri.
En menos de una semana, San Lorenzo se quedó eliminado de este certamen y de la Copa Sudamericana, por lo que le quedará el Torneo de Primera División como único objetivo hasta mediados del año próximo.
El visitante salió a jugar en el primer tiempo un partido de ajedrez, seguramente impulsado por sufrir bajas importantes como la de Fernando Belluschi, su principal arma para crear juego, y la de su goleador Nicolás Blandi, quien llegó con lo justo por una lesión, sumada a la ausencia de Gonzalo Bergessio, baja por un esguince en la rodilla izquierda.
Con este escenario, Aguirre armó un mediocampo con mucha marca pero con sólo un creador: Sebastián Blanco, quien estuvo muy aislado y no gravitó.
Así, Chapecoense fue el dominador de las acciones y, sin ser arrollador, estuvo más cerca de abrir el marcador en los 45 minutos iniciales.
Con un Gil cerebral para distribuir el balón y con Ananias haciendo pesar su gambeta colocado como extremo derecho, el local apostó a asegurar la serie, pero sin un suicidio futbolístico que lo deje expuesto a un contragolpe.
De hecho, en la única ocasión que permitió esta situación, Emmanuel Mas aprovechó un pase mal dedo del rival y su tiro fue tapado por Danilo.
Chapecoense por momentos dependió demasiado de sus laterales Caramelo y Denner, quien pese a sus condiciones, muy pocas veces pudo proyectarse por el carril que cuidaron muy bien Corujo y Angeleri.
La jugada polémica del partido se dio a los 25 minutos, cuando el árbitro uruguayo Fedorczuk anuló un tanto de Thiego por una posición adelantada, aunque el defensor parecía estar en la misma línea.
Tal como el partido pedía, San Lorenzo tuvo que salir a arriesgar en el complemento y Aguirre colocó a Blandi por Corujo para que se retrase Cerutti a la línea de mediocampistas.
Es cierto que el equipo no tuvo ese juego que tanto lo caracterizó en otros encuentros, con triangulaciones en ofensiva y mucha tenencia de balón, pero estuvo varias veces cerca de convertir.
El ingreso de Blandi le dio mayor peso en ofensiva y el segundo tiempo se jugó casi todo en campo del local, que a excepción de algún contragolpe de Lucas Gomes, nunca estuvo cerca de convertir.
San Lorenzo nunca pudo encontrar quien le dé el volumen de juego perdido por la ausencia del suspendido Belluschi, pero aun así lo pudo haber ganado por la jerarquía individual de sus jugadores.
De hecho, Danilo le tapó un tiro de 40 metros a Blandi, el palo le negó el gol a Emmanuel Mas después de un cabezazo y el arquero le tapó un mano a mano a Cauteruccio.
En el tercer minuto de tiempo adicionado y con todos sus futbolistas volcados en ataque excepto Torrico, Angeleri aprovechó un rebote después de un centro, pero su definición fue tapada por Danilo, quien con una salvada "de handbol" dejó a San Lorenzo sin final.