El jueves, pasadas las 20, Lautaro Joel G., de 19 años, salió de la casa de su suegro ubicada detrás del Centro de Salud Municipal de calle Margis al 5100, en la zona conocida como Fuerte Apache, la zona más pauperizada de barrio Tiro Suizo. La versión oficial indica que "iba a comprar algo para tomar", y la realidad expuso que estaba pasado de alcohol y drogas. Como transcurrieron varios minutos y no regresaba, su pareja se preocupó, y cuando salió al frente de la vivienda lo encontró tirado, con dos balazos en la espalda y otro que le ingresó por detrás de la oreja izquierda y le salió por el pómulo del mismo lado. "Estaba pasado. Para mí quiso chorear a alguien y le salió mal", comentó un allegado a la familia del herido, quien es familiar político de José Eduardo "Cepillo" Fernández, asesinado el 4 de diciembre último en inmediaciones de Lamadrid y España, en la esquina de un dispensario.
A Lautaro G. una ambulancia del Sies lo trasladó hasta el Hospital de Emergencias Clemente Alvarez, donde ingresó pasadas las 21.30. Los médicos le realizaron las primeras curaciones, que implicaron sacarle dos de los plomos de bajo calibre que lo habían herido en la espalda. Y después dispusieron que quedara internado en observación. Pero duró poco su estadía en el centro asistencial. A la 1.30, cuando el enfermero de la guardia lo fue a examinar, Lautaro yano estaba: se había fugado.
Se fue por miedo. "Se piró del hospital porque tenía miedo a que lo dejaran preso. El no tiene ninguna captura, pero tenía miedo de que lo dejaran preso y se piró del Heca", indicó el allegado al muchacho en diálogo con esta diario. En tanto, ayer a media mañana su concubina trataba de convencer a Lautaro para que se internara nuevamente porque las heridad no estaban bien.
"El pibe entró a las 21.30 a la guardia y a la 1.30 se escapó. No era lo más aconsejable porque si bien las heridas no acarreaban riesgo de vida, debía estar internado en observación", explicó una fuente de hospital. "Hay una realidad. En el hospital hay un destacamento policial y eso es un elemento que altera a aquellos que llegan heridos y pueden tener algún tipo de antecedentes penales", indicó el vocero.
Contexto violento. Margis es la calle que corre paralela a las vías del ferrocarril Mitre, desde bulevar Oroño hacia el sureste, y su contracara es Flammarión, que corre al oeste de la vía. La calle se desarrolla intermitentemente hasta llegar a Batlle y Ordóñez, donde se erige el Apeadero Sur, atravesando las zonas más áspera de barrios adustos. En el cruce de Margis con España y Lamadrid se asienta el Centro de Salud "20 de Junio" del barrio Tiro Suizo. Allí, sobre uno de los laterales del dispensario puede leerse una consigna: "Cepillo, PTS (presente). Ojalá pudiera tener las llaves del cielo para poder verte una vez más viejo. Tus hijos y nietos. Doris".
Y esto viene a cuento porque Lautaro G. es pareja de una de las nietas de Cepillo, un albañil muy querido en el barrio que estuvo mencionado a algunas investigaciones por narcomenudeo y fue asesinado hace seis meses. Según los pesquisas,el hombre vendía droga con los viejos códigos, es decir sin ejercer violencia. Doris es su mujer, sindicada como la líder de una gavilla que se hace llamar "Los nietos de Doris", un grupo de pibes enfrentados en el barrio con "Los Pocholos" y con "La banda de los Báez".
Requisas y detenciones. En ese marco de enfrentamientos, esa zona del barrio sur rosarino se vio sacudida a principios de marzo cuando la Policía Federal realizó una serie de allanamientos en procura de dar con vendedores de drogas y de los apuntados por el crimen de Diego Nicolás Mansilla, ocurrido la noche del 23 de febrero en la estación de servicios de bulevar Oroño y Lamadrid.
En esa redada fue detenido "Lamparita", de 23 años, uno de los nietos de Doris y del asesinado Cepillo Fernández. El muchacho quedó preso e imputado por el homicidio mientras otro nieto de Doris está prófugo por ese crimen. En la audiencia imputativa donde se acusó a "Lamparita", el fiscal Miguel Moreno definió a la familia como una "banda que usurpa casas para reacomodar vecinos y así fortalecer su liderazgo".
El ataque. Lautaro G. reside con su pareja sobre Margis al 5000, en una humilde casa de chapas y madera. Según se pudo reconstruir, el jueves a la noche fue junto a su pareja hasta la vivienda del padre de la muchacha, ubicada detrás del dispensario "20 de junio". Pasadas las 20, el muchacho salió de la casa y a los pocos minutos su concubina se preocupó porque no regresaba y salió a buscarlo.
En el patio que se erige al frente de la casa, el joven estaba tirado boca abajo con dos disparos en la espalda y uno en el cuello. Llamaron al 911 y a una ambulancia. Los policías de la seccional 15ª que estuvieron en la escena asentaron en el acta que "en el lugar no había manchas de sangre".
"Era raro, pero no había sangre en el pasillo ni en el patio. Lo único que el muchacho dijo fue que le tiraron con una escopeta o una tumbera, pero de la espalda le sacaron una bala calibre 22. Yo creo que ha querido chorear y le salió mal. ¿Bronca? No, no tiene con nadie. Tampoco creo que haya venido por el lado de los Báez (la banda a la que estan enfrentados los nietos de Doris), porque si hubiera sido así la cosa no hubiese terminado ahí", comentó un allegado al herido. El caso quedó en manos del fiscal de la Unidad de Homicidios Adrián Spelta, quien seguramente le tomará testimonio al muchacho en los próximos días.