En los últimos años, en nuestra ciudad se han hecho obras desde la iniciativa privada y municipal. Creo que con la idea de tener una ciudad moderna donde haya espacios verdes y una infraestructura con relación a los años en que vivimos. Tratando de analizar este proceso, creo que estamos en una coyuntura dentro de la obra pública en la ciudad que no nos deja ver cual es el verdadero objetivo desde la Secretaría de Obras Públicas. Tenemos grandes inversiones ($17.500.000) dirigidas a embellecer una plaza pero no hacemos nada por ver cómo están las calles de la ciudad. Tenemos obras en el microcentro donde la idea es tener una zona calma. Quisiera saber cómo lograrla si achicamos los espacios por donde pasan vehículos particulares, micros (de todo tamaño) y además tenemos bicisendas. Honestamente, me gustaría ver plasmado este proyecto pero más me gustaría ver a la titular de esa Secretaría moverse a diario por este microcentro, donde se repavimenta, se arreglan veredas, se trabaja en horarios diurnos. Se nota que le ha gustado el perfil de tener una zona calma, seguro visto en alguna ciudad europea, pero lo que no supo interpretar es que en esas ciudades durante el día los operarios casi no se ven y los ciudadanos transitan sin embotellamientos ni cortes en la vía publica. Por más que embellezcamos este sector, Rosario no tiene un proyecto a futuro como ciudad en crecimiento, no tiene proyectadas nuevas avenidas donde se mejoraría el ingreso y el escape del centro de la ciudad; no existe posibilidad alguna de estacionar ni siquiera en las periferias del municipio. Y como complemento el Concejo autorizó al Ejecutivo a utilizar las cámaras de seguridad para también labrar actas de infracciones de tránsito. Parece que juntar dinero para la campaña política de 2017 es más importante que la seguridad de los rosarinos. Estamos en una situación límite con respecto a la inseguridad, donde asaltos, robos, asesinatos a diario nos conmueven, pero esta gente que gobierna la ciudad se da el lujo de utilizar las cámaras con fines de corregir el tránsito. Pero se llenan la boca a la hora de decir que Rosario es una ciudad hermosa y que está a la altura de cualquier capital europea. Triste es escuchar estos conceptos cuando aquel que ha viajado sabe y ha visto en otras ciudades de otros países bicisendas bien utilizadas pero con un tránsito ordenado, donde los microcentros están despoblados de vehículos y existen amplios lugares para poder estacionar. Con más de 20 años en ejercicio, el Ejecutivo no ha tenido la capacidad de para ordenar el tránsito y desarrollar un proyecto de infraestructura adecuado para Rosario y la periferia. Tener un Plan Metropolitano no significa que después lo logren implementar. No se han preocupado en absoluto de preservar al ciudadano en todos sus aspectos, sino sólo en mantenerse entre esos dos leones de mármol que bien los acompañan. Rosario necesita dejar de ser una ciudad difícil y tener una impronta como ciudad que quienes habitamos en ella estemos orgullosos de habitar en ella, donde las obras que se realicen sean para mejorar nuestra calidad de vida y no que sean siempre proyectos que nos deriven hacia el lugar equivocado.