El historial puede decir que Rosario tiene una amplia superioridad sobre Cuyo en el Campeonato Argentino, algo que es completamente cierto, tanto como que la historia no gana partidos. Esta tarde, desde las 16.30, en las Cuatro Hectáreas el seleccionado del Ñandú estará ante una prueba difícil, porque enfrentará en un momento complicado a un equipo que muchos tildaron de Cenicienta en la previa y que hoy por hoy demostró que está para dar pelea. Los dos partidos que jugó el seleccionado mendocino sirvieron para demostrar que no solamente es un hueso duro de roer. Le dio vuelta el partido a Tucumán en la mismísima Caldera del Diablo y una semana después empató ante el siempre poderoso Buenos Aires (mejor dicho Buenos Aries lo pudo igualar sobre la hora). Ante ese equipo se medirá hoy Rosario, que como pocas veces en su historia está en una situación comprometida, al menos incómoda.
Dos derrotas consecutivas hicieron que el fantasma del descenso empiece a sobrevolar sobre el equipo del Ñandú que necesita de manera urgente reencontrarse con su historia pero fundamentalmente con su juego, para lo cual deberá ajustar al máximo algunas cuestiones. Porque la sana intención de atacar contrasta con los grandes problemas que tiene el equipo en la obtención y sobre todo en la defensa, ya que hasta el momento no mostró la solidez que requiere un torneo tan duro como el Argentino.
La magra cosecha conseguida hasta ahora hace que el triunfo sea necesario para salir del último lugar de la tabla de posiciones y escaparle a la zona del descenso. En un torneo tan corto, los números mandan y en ese sentido Rosario está en deuda, tanto como con su juego. Con chispazos de rugby quedó claro que no alcanza: Pasó en Córdoba y también en Salta.
Por eso esta tarde, cuando se presente por primera vez ante su público, Rosario pondrá en juego muchas cosas, fundamentalmente su futuro. Necesita ganar y esta tarde no la va a tener fácil, porque Cuyo llegó a Rosario con la idea de defender la punta y meterse de lleno en la lucha por el título, algo que no consiguen desde hace más de una década (fue campeón en 2004 y sub en 2005).
Será un partido complicado para los dirigidos por Fernando Bilbao, Facundo Lluch y Facundo Ramirez, desde el juego en lo táctico y estratégico y desde lo emocional por la presión por ganar. Rosario necesita imponerse y tiene hombres para enderezar el rumbo. Son ellos los que tienen la última palabra.
El Ñandú manda con claridad en el historial
Desde que se enfrentaron por primera vez por un Campeonato Argentino, el 11 de septiembre de 1955 en la cancha de Obras Sanitarias, Rosario y Cuyo jugaron 24 veces, de las cuales el equipo del Ñandú se impuso en 18 ocasiones, Cuyo ganó 5 y se registró sólo un empate. En ese primer enfrentamiento, Rosario hizo gala de la capacidad de sus hombres y se impuso sin problemas por 21-6 en una tarde en la que marcó 5 tries. Walter Villar fue el autor de dos conquistas, mientras que Antonio Drincovich, Norman Robson y Juan Barbagelata aportaron uno cada uno. Francisco Cavallo, en tanto, embocó tres conversiones.
Esa tarde Rosario formó con Francisco Cavallo (capitán); Antonio Drincovich, Walter Villar, Jorge Delcasse y Eduardo Stiglich; Arturo Robson y Alberto Robson; Norman Robson, Juan Barbagelata y Jorge Gómez; Antonio Paván y Rubén Cerfoglio; Amadeo Doménico, Miguel Estévez y Domingo Cinalli. Pablo Bouza es el jugador rosarino que más tries le marcó a Cuyo en este torneo con 5 conquistas, mientras que Mateo Escalante (foto) es el máximo goleador ante el mismo rival con 52 puntos (2 tries, 9 conversiones, 7 penales y 1 drop).
La última vez que se enfrentaron fue en 2015, oportunidad en la que Rosario se impuso por 39-19. De ese encuentro hoy solamente repiten Pedro Ortega, Facundo Lucas, Mateo Escalante y Juan Rapuzzi.